"In memoriam" Un homenaje al legado de los magistrados de la Corte Constitucional

440 ‘In memoriam’ Juan Carlos Henao Pérez CONTENIDO a la rectoría de la transición por lealtad, con convicción, compromiso y el entusiasmo de su “Pa’lante como el elefante”. Dos años después de dejarla, Voldemore temible había vuelto y se lo llevó de este mundo. Del todo y para siempre, como proclamaba con su ateísmo alegre. O a lo mejor sorprendido de encontrarse en el tránsito a una reencar- nación, o como energía o espíritu en otras dimensiones, incluida la celeste. No lo sé. Prefiero por supuesto cualquier forma de preservar el fuego de una existencia, de esas que el profesor Edgar Cortés dice que necesita el mundo. En todo caso, lo que está es el nunca jamás de su cuerpo físico y de su presencia, conversa, vitalidad. Al describir, pues, lo que fue JCH como juez constitucional sostendré que, no obstante la brevedad de su paso por la Corte, este fue fulgu- rante en razón de su personalidad incomparable, seriedad profesio- nal, ponderación intelectual y capacidad de entender la función y el momento de ser lo que estaba siendo. Para tales efectos, trataré: i) De su desempeño como miembro de la Corporación y como presidente, para rememorarlo como ser humano juez y ii) Del sello de su pensamiento liberal en la jurisprudencia cons- titucional de Colombia, a partir de comentarios breves sobre algunas de sus sentencias y proyectos más relevantes. Apunto en fin que muchas de las consideraciones anotadas ha- brían podido tener más fundamento, más datos, conversaciones, referencias. Esto lo lamento, pero tiempos de un denso púrpura lo impidieron. Miembro de una Corporación En su homenaje del Externado anotaba que conocí las dos facetas fantásticas de JCH: • La de ficción, la increíble de haber sido un tipo que no solo un día (diría Serrat en una canción: “Que uno de mi calle me ha dicho

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