"In memoriam" Un homenaje al legado de los magistrados de la Corte Constitucional

384 ‘In memoriam’ Marco Gerardo Monroy Cabra CONTENIDO profundidad posible. Desde cuando era un jurista recién graduado y leía, gozoso y ávido de obtener más conocimiento, las primeras obras jurídicas de autores inmortales del derecho en todas las disciplinas de la ciencia jurídica, como Kelsen, García de Enterría, Recasens Siches o García Máynes, entre otros, mi papá siempre estuvo deseoso de al- canzar “más luz ” , como escribía. Siempre fue un connotado defensor del ideal romántico y, por supuesto, también práctico del estudio del derecho. Fruto de esa vocación innata, dejó a la comunidad jurídica un inmenso legado difícil de igualar de un tratadista y también jurista renombrado, fecundo, único y genial. Su primer libro salió a la luz en 1964, cuando era un joven jurista. Se llamó La Acción Pauliana y estaba basado en su tesis de grado como abogado, que trataba sobre la garantía del derecho civil, que corres- ponde al acreedor, en el ámbito de un derecho de crédito, para contro- vertir e impugnar los actos o contratos del deudor con el fin de evitar un fraude. Mi padre recordaba ese primer libro con especial cariño. El libro fue escrito con un más que sólido criterio jurídico, como el resto de tratados escritos por mi padre, y fue dedicado a sus padres. El pró- logo de dicha obra fue realizado por el muy célebre jurista y exmagis- trado de la Corte Suprema de Justicia, Gustavo Fajardo Pinzón, quien siempre, desde esa época, fue muy cercano a mi padre, al igual que el doctor Leopoldo Uprimny, que era un renombrado jurista, proveniente del entonces imperio austro húngaro, que se radicó en Bogotá, y era, de la misma manera, muy afecto a mi padre en aquellos tiempos. A continuación, en 1973, siguió otra obra muy célebre, Introducción al Derecho , que se constituyó desde esa época en referencia obligada para todos los jóvenes estudiantes de derecho, por la claridad y con- sistencia conceptual que caracterizaba la mente jurídica, talentosa y genial de mi padre, y el lenguaje claro y pedagógico en su contenido, que como tratadista utilizaba, así como en su ejercicio dialéctico e intelectual como jurista y para dar consejos claros e inspirados a los suyos en la vida cotidiana. Este tratado todavía continúa muy vigente, en una edición avanzada, y contiene todos los prolegómenos de la ciencia jurídica, de forma completa, nítida y provechosa, para todo aquel que se adentrara en el mundo del derecho como profesional o como estudiante.

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