"In memoriam" Un homenaje al legado de los magistrados de la Corte Constitucional

359 Un homenaje al legado de los magistrados de la Corte Constitucional CONTENIDO • Sentencia T-145 de 1995. Se protegieron los derechos de un padre comunitario, a quien Bienestar Familiar consideraba que sólo gozaban de los mismos, las madres comunitarias. • Sentencias de unificación, SU- SU-082 y SU-089 de 1995. Dos de los primeros pronunciamientos unificados sobre el habeas data, las listas de morosos, que fueron concedidas y se convirtie- ron en referencia de consulta obligada hasta que se expidieran las leyes estatutarias que regularon la materia. • Sentencia T-145 de 1996. La protección del derecho a la educa- ción de una estudiante embarazada a quien la institución educa- tiva le negó la continuidad de sus estudios. Una situación que vivió la Corte Constitucional que es oportuno recordar Durante el año de 1994, el doctor Arango fue nombrado presidente de la Corte Constitucional y, como tal, vocero de esta. Pues bien, el 5 de mayo de 1994 se profirió la Sentencia C-221, que despenalizó el consumo de la dosis personal de estupefacientes. Hoy en día es difícil imaginar el cataclismo que esta decisión suscitó, no sólo en Colombia sino en el exterior. El doctor Arango, que compartió íntegramente el contenido de esta decisión, fue el magistrado a quien le correspondió afrontar, ante los medios de comunicación, la sociedad colombiana y las autoridades gubernamentales, esta decisión, la cual implicó para el país aceptar un cambio radical en relación con las drogas; en particular, con la do- sis personal ya no como delito. Lo hizo con todo el carácter serio y fuerte que la ocasión ameritaba. No se dejó amilanar por aquellas voces que llamaban a la desobedien- cia e, inclusive, al cierre de la Corte Constitucional. Es posible sostener que, en esos momentos, la Corte tuvo la suerte de contar con este gran vocero, pues la situación duró mucho tiempo en debate y los malquerientes de la Corporación encontraron la situación propicia para hacerle daño. Y no lo lograron, para fortuna del país.