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55 Comisión Nacional de Género de la Rama Judicial popular de violencia de género? Lógicamente, la propuesta abarca lo cultural y lo educativo, pero es necesario apuntarle a la base de la sociedad para construir la regla fundamental. Señala la Constitución Política que el núcleo fundamental de la sociedad es la familia. Por tanto, el Estado y los particulares somos responsables de protegerla y defenderla. La tolerancia social e institucional a la violencia de género está motivada en el abandono de la familia y ahí es donde el Estado debe involucrar sus intereses como garante de la paz. Un ejemplo concreto lo encontramos actualmente en el programa adelantado por el Ministerio del Interior, denominado Mesa de Trabajo Mujeres de Fe, en el que he tenido la oportunidad de participar, en representación de la Comunidad Cristiana con la que he trabajado por siete años, adelantando trabajo social y de persuasión del respeto a la dignidad de la mujer y de los niños, en sectores deprimidos del Distrito Capital. Con esta iniciativa del Ministerio del Interior, la viceministra y la coordinadora de asuntos religiosos de esa cartera política buscan visibilizar a lideresas como actores importantes de participación e incidencia en materia de paz y tejido social. Mujeres de Fe somos un grupo ecuménico de mujeres pertenecientes a las diferentes religiones que se profesan en el país, que compartimos nuestras experiencias desde distintas organizaciones en la construcción de la paz y la convivencia social. Esta dinámica nos ha permitido comprobar que el trabajo en comunidades víctimas de violencia y con altos índices de violencia doméstica muestra resultados efectivos de prevención de la VDG. Lo anterior en razón a que, junto con el trabajo de reconstrucción del tejido social, enseñamos principios básicos de convivencia que alimentamos desde nuestras diferentes doctrinas, como la igualdad, la dignidad, la solidaridad, el respeto al otro, el valor de la mujer, de la familia y el papel fortalecedor de la mujer emprendedora libre de discriminación y en igualdad de condiciones. Principios que podemos transmitir con convicción, pero sobre todo con compromiso, porque creemos que la paz y el respeto a la mujer provienen de un mandato superior a las normas de construcción