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36 Algunos ensayos sobre equidad de género horrores de la guerra, que finalmente hemos de superar a partir de este acuerdo definitivo, logrado a instancias del diálogo nacional con los distintos sectores. Necesitamos transitar hacia un sistema jurídico autónomo donde el órgano legislativo y la administración de justicia garanticen la formación imparcial de la voluntad y el juzgamiento, donde la ética pública sea el estandarte del Estado y ciudadanas y ciudadanos trabajemos como un solo cuerpo, mancomunadamente, por la paz, en respuestas a las múltiples expresiones de la sociedad civil que marcharon por la paz en forma posterior al plebiscito. La sociedad civil nuestra no ha vivido a plenitud sus libertades por la guerra de medio siglo; no dejemos que en la implementación del Acuerdo Final triunfe el estado de zozobra que formó a nuestras generaciones con miedo e incredulidad, de modo que cuando se llame a participar, no renuncien a la expresión de su voluntad y definamos todos el destino de un país que quiere conocer el significado de la paz. No desconocemos la conquista histórica de llegar a la idea común de la humanidad que se basa en la garantía de valores como la libertad y la igualdad, la justicia y la paz, la dignidad y la educación, conquistas ya logradas en general. ¿En la práctica podemos hablar de conquistas seguras en perspectiva de género? Hacer realidad los postulados que venimos analizando, es hablar de conquistas éticas y en consecuencia de volverle a estos grupos humanos discriminados la verdadera justicia de trato, de inclusión y de garantía de sus derechos. Aquí hemos de superar esas barreras con el cambio cultural para la era de la paz que impone ver el mundo actual con la visión del futuro; que la nostalgia del pasado tortuoso sirva para apostarle al futuro en paz. Partamos entonces de un nuevo lenguaje que propongo, que tendrá también que hablar del color de nuestra identidad nacional multicultural, incluyente y diversa. La historia desde la colonización muestra la pérdida de muchos valores culturales, porque nos impusieron todo, hasta la imaginación.