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21 Comisión Nacional de Género de la Rama Judicial tantos años de barbarie se propone el inicio de la era de la paz, extraña para un país que ha vivido en guerra, y por ello, a pesar de que es indiscutible el derecho a la paz, y su consolidación debía ser el único propósito de nuestro Estado y de la sociedad en su conjunto, oímos voces que no comulgan con los acuerdos de paz y, en esencia, claman por la vuelta a la guerra, bajo la bandera de un acuerdo sin impunidad. Los distintos cambios en esta dinámica, como de toda sociedad, obligan a múltiples retos, nuevas actitudes, a alistar la magia de la creatividad para que desde toda óptica diseñemos el nuevo país y por supuesto a la movilidad del derecho que debe adaptarse a las nuevas necesidades sin que necesariamente sea la fuerza o la revolución la que imponga drásticos cambios. El camino que debemos iniciar es asegurar y lograr la participación en los procesos de formación de la opinión y la voluntad comunes en la que la ciudadanía ejerza su autonomía política y por esa vía se conforme derecho legítimo, en procesos limpios, ajenos a la manipulación y de ejercicio impecable de la libertad de decisión. La legitimación de las normas es la respuesta a la capacidad de adaptación a las exigencias actuales, si tomamos en cuenta que la crisis mayor que hemos de superar deviene de la inadecuada respuesta del Estado a las necesidades de la colectividad.