Revista Judicial 5

Julio 2007 R evista J udicial 11 El proceso jurisdiccional es uno, a pesar de los matices, porque tiene una fuente co- mún, la Carta Fundamental, que lo nutre y le concede un núcleo esencial común, “el proceso debido” que es el continente, cuya naturaleza no se altera porque varíe su con- tenido (la relación litigiosa). La pluralidad de códigos de procedimiento compromete el derecho de acceso el llegar y el estar del justiciable en el proceso pues la complejidad y abundancia de la informa- ción no siempre unívoca y coherente incre- menta de modo considerable la posibilidad de la desviación, del error y de la nulidad procesal en detrimento del logro esperado del proceso: la sentencia. Urge que la tarea de la Comisión Espe- cializada que hoy trabaja en favor de un proyecto de Código Unico se acreciente y cuente con el apoyo, la evaluación crítica y los aportes de las comunidades profesiona- les de abogados, de jueces y fiscales y de las instituciones universitarias. 2. Un llamado a una reflexión construc- tiva: No a las reformas parciales de los Códigos de Procedimiento. Con suma frecuencia hemos atendido a un llamado que invita a reflexionar sobre las reformas parciales a los Códigos de Proce- dimiento. La ley 794 de 2003, que modi- ficó el Código de Procedimiento Civil, y la ley 712 de 2001, que reformó el Código de Procedimiento Laboral, dan cuenta de la tendencia legislativa de ofrecer técnicas de solución diferentes de situaciones pro- cesales de análoga naturaleza; acrecientan la diversidad. Alberto Ceballos Velásquez, Magistrado Sala Administrativa. Consejo Seccional de la Judicatura de Antioquia A esta hora, en el que el Sistema Acusato- rio Penal ha introducido de modo intenso la oralidad en el proceso penal, circunstancia que indudablemente ha inducido cambios dramáticos en la relación juez/justiciable, en la cultura procesal colombiana y en las téc- nicas para hacer los procesos, es saludable que nos sumerjamos verticalmente en esta novísima experiencia y, al aliento de sus ha- llazgos, desaciertos y logros nos lancemos a la aventura de repensar el proceso colom- biano para hacerlo accesible y comprensible al común de los colombianos y más versátil y manejable en favor de los jueces y de los profesionales que operan como apodera- dos judiciales. Si se me apurara un poco podría exclamar con todas las fuerzas de mi interior: no más reformas, no más modificaciones a un mo- delo de proceso que ha generado una in-

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