Revista Judicial 9

E ditorial 4 R evista J udicial Junio 2008 José Alfredo Escobar Araújo Magistrado Sala Administrativa Consejo Superior de la Judicatura E n reciente sesión de Sala Plena, el Consejo Superior de la Judicatura, a propósito de la visita protocolaria del nuevo Ministro del Interior y de Justicia, doctor Fabio Valencia Cossio, le expresó su reconocimiento por su acertada designa- ción, destacando su amplia y laureada tra- yectoria en el sector público y su importante experiencia en los asuntos relacionados con su cartera ministerial, como Presidente del Congreso de la República, como Senador en varios periodos constitucionales, como Presidente del Directorio Nacional Conser- vador, como Embajador de Colombia ante el Gobierno de Italia y como Consejero Presidencial para la Competitividad. Lo an- terior revitaliza la esperanza de mejorar las deterioradas relaciones entre la Rama Judi- cial y el Ejecutivo. Por lo demás, su carácter conciliador y su disposición al diálogo abierto y sincero ha- cen ver próxima la posibilidad de entablar una relación fluida, con mucha confianza y muy directa entre nuestras ramas del Poder Público, relación que se encuentra en la ac- tualidad un poco maltrecha, pero que, sin duda, debe mejorar en pos de la institucio- nalidad y del país. Así se deduce del anuncio que allí hizo so- bre la decisión del señor Presidente de la República, doctor Álvaro Uribe Vélez de no autorizar recortes en el presupuesto de in- versión de la Rama judicial para la presente vigencia. De igual manera, es de anotar que el doc- tor Fabio Valencia Cossio ha anunciado, al igual que sus tres antecesores, una reforma a la Justicia, que no parece prudente, ni conveniente, en el actual clima de confron- Revitalizar la JUSTICIA tación que aún se respira entre la Rama Ju- dicial y el Ejecutivo. Lo ideal es revitalizar las relaciones institu- cionales, vivificarlas, solidificarlas, y después de ello, desarrollar una gran reforma a la administración de justicia, consultada y con- sensuada, con la misma Rama Judicial. Una reforma que realmente consulte las reales necesidades de la Justicia. Una reforma que desarrolle y proyecte a la administración de justicia como el verdadero legitimante del Estado Social de Derecho y, por su puesto, una reforma que vaya de la mano con la política de seguridad democrática que tan- to bien le ha hecho a nuestro país. Por ahora, dediquemos nuestros esfuerzos, los de la Rama Judicial y los del Gobierno Nacional, a trabajar en la implementación de las numerosas reformas que ya hemos iniciado, la oralidad en penal, civil y labo- ral; la ley de justicia y paz; la justicia penal de adolescentes; las pequeñas causas; la descentralización de la Justicia; aumentar la presencia institucional en los diferentes municipios del país y, en fin, en todas estas iniciativas que en buena hora han sido dise- ñadas como políticas públicas. No es fácil mantener y defender la autono- mía e independencia de cada una de las Ra- mas del Poder Público, pero hay que buscar el perfecto equilibro para que estas fluyan en un clima de cordialidad y colaboración. Estoy convencido de que la Rama Ejecutiva y la Rama Judicial, se encuentran empeña- das diariamente en construir una Colom- bia más próspera, más justa y en paz. Por ello, debemos encontrar consensos, puntos de confluencia y desde allí lograr los fines esenciales de nuestro Estado. Lo ideal es revitalizar las relaciones institucionales, vivificarlas, solidificarlas, y después de ello, desarrollar una gran reforma a la administración de justicia

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