Libro
stú_ • 1 'J ames Carville, asesor de la cam– paña presidencial de Clinton en 1992, puso este letrero en la sede política. en Arkansas: "lt's the economy, stupid". La lógica de la re– elección falló y Bush padre debió en– tregar el poder. a pesar de su imagen de héroe de la Guerra del Desierto. Se demostró el mayor peso específico de los resultados macroeconómicos de un gobierno que su éxito social o interna- y alimento potencial de grupos ilegales. La razón de la sinrazón, como diría el Manco de Lepanto, sigue siendo la de siempre: un sistema económi– co imperfecto no puede quedar a merced de las fuerzas del mercado. Y solo una política de empleo soste– nible puede servir de mecanismo de redistribución de la riqueza. cional. Y aunque en Colombia tenga Cuando se comprendió que el tra- más trascendencia un discurso sobre la seguridad o la paz, el memorable eslogan sigue teniendo vigencia, por– que la economía, a pesar de muchos economistas. puede dar luces sobre los misterios de la política. Pero, ¿cuál asunto económico in– cide con mayor fuerza en la opinión? La euforia por el crecimiento nacional en el último año se ha desvanecido, porque persisten el desempleo. el su– bempleo y la informalidad laboral. Los expertos no dan explicaciones satis– factorias. Cada economista tiene su particular teoría, o desempolva otra: que la Curva de Philips . .., reconver– sión tecnológica ... , nuevas metodolo– gías econométricas. Al fin de cuentas, los enormes beneficios del crecimiento no han llegado a quienes más sufren los rigores de la inequidad: los desem– pleados y, entre ellos, los más vulnera– bles: jóvenes, integrantes de esa masa informe de excluidos, bomba social bajo nunca fue una maldición di– vina. sino el verdadero camino de dignificación, en tanto pone al indi– viduo fuera de la posibilidad de la esclavitud y la servidumbre, el dere– cho del empleo adquirió su verdade– ra dimensión: una manifestación de la libertad. Los grandes pensadores explicaron su rol social : Adam Smi– th inició su Investigación de la na– turaleza y causas de la riqueza de las naciones con una oración con– tundente: "El trabajo anual de cada nación es el fondo que la surte ori– ginalmente de todas aquellas cosas necesarias y útiles para la vida que se consumen anualmente en ella. y que consisten siempre en el pro– ducto inmediato de aquel trabajo, o en lo que con aquel producto se adquiere de las demás naciones". Y Carlos Marx. quien fracasó como profeta pero no como científico so– cial, dio la más contundente expli– cación a la riqueza: "El capital es Eugenio Gil Gil Magistrado Auxiliar de la Corte Suprema de Justicia. Espeoalista en Economfa "La razón de la sinrazón, como diría el Manco de Lepanto, sigue siendo la de siempre: un sistema económico imperfecto no puede quedar a merced de las fuerzas del mercado. Ysolo una política de empleo sostenible puede servir de mecanismo de redistribución de la riqueza". ► Marzo 2008 Revise, Judici1I 43
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