Libro

los Magi>trados lose Alfredo Escobar Arau¡o y Hern.¡ndo Torres Corredor con las Jueces Penales de B0901~. quienes se encuem,an clotadas de la toga Y para que esa toga con la cual oficiamos un almidón que permita a la toga guardar- • SÉ LEAL para con tu cliente. al que no nos convierta en disfrazados sin cama- se de los mandobles con que pretenden le- val. se ocupó don Angel Ossorio en desen– trañar cuál era esa ..Alma de la Toga". Y ahora yo. movido no por la capacidad, sino haciendo eco de una necesidad sen– tida, quiero ocuparme, con la única auto– ridad que me da el ser hijo, hermano de abogados. abogado yo mismo y desde hace algún tiempo -inmerecidamente- miembro de la Judicatura. de cómo considero que debe dotarse esa toga de alma. Para hallar esa piedra filosofal que convier– ta el plomo en oro (en este caso mí peque– ñez y mis limitaciones de hombre ordinario en el Magistrado integérrirno que la socie– dad y m1 propia conciencia me demandan). busco en los secretos de la alquimia antigua la fórmula. Tomo para ese efecto, el yelmo y la celada de don Quijote que. en buena hora com– pletó para salir a sus aventuras con un trozo de cartón, para allf ir depositando, en con– venientes porciones y con la medida que me predica la buena voluntad. los siguien– tes ingredientes, con los cuales compondré sionarla mi propia ignorancia en la dignidad de la prenda que ostento y los embates de los otros poderes públicos. pues es signo de los tiempos, que zonas malsanas de la sociedad se vuelven contra quien les pre– dica moralidad y corrección; pues desde antiguo las sociedades envenenan a sus Sócrates. crucifican a Jesús y dejan morir en la pobreza y en el exilio a quienes les dan su libertad: Introduzco en primer término con enorme unción. los siguientes mandamientos del Abogado, del Maestro, Eduardo J. Couture: • ESTUDIA, el derecho se transforma cons– tantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada dfa un poco menos abogado. • PIENSA, el derecho se aprende estudian– do, pero se ejerce pensando • TRABAJA, la abogacía es una ardua fati– ga puesta al servicio de la justicia. • LUCHA, tu deber es luchar por el Dere– cho; pero el día que encuentres en con– flicto el Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia. no debes abandonar hasta que comprendas que no es digno de tí. Leal para con el adversario. aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con el Juez, que ignora los hechos y debe con– fiar en lo que tú le dices. • TOLERA la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya. • TEN PACIENCIA, el tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colabora– ción. • TEN FE en el Derecho corno el mejor instrumento para la convivencia huma– na; en la justicia, como destino normal del derecho; en la paz, como sustituto bondadoso de la justicia; y sobre todo. ten fe en la libertad. sin la cual no hay Derecho, ni justicia, ni paz. • OLVIDA, la abogacía es una lucha de pa– siones. Si en cada batalla fueras cargan– do tu alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti. Con– cluido el combate. olvida pronto tanto tu victoria como tu derrota. ► Mano 2009 Revista Judicial [ 31

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