Libro

habrá que promocionar y patrocinar nuevas iniciativas que busquen consignar en nues– tros ordenamientos derechos de género, en temas que acusan evidentes debilidades en materia legislativa como la prevención y represión de la violencia contra la mujer, la ruptura de la unión marital o frente a la dis– criminación laboral. 1. El reto actual: el efectivo cumpli– miento de las políticas de equidad de género No basta, es preciso resaltar. con la previ– sión en el orden interno y en el internacio– nal de los más disímiles instrumentos para la aplícación de la equidad de género. Asl lo reconoció la Plataforma de accíón de la IV Conferencia Mundial de la Mujer de 1995, al prever dentro de sus objetivos estratégicos garantízar la igualdad y la no discriminación no solo ante la ley, sino en la práctica. Tal y como observara Bobbio, el problema grave de nuestro tiempo no es ya fundamentar los derechos humanos, sino lograr su efectiva protección. Es preci– so lograr convertir en realidad los anhelos consignados en las normas, tras largos y di– fíciles años de reivindicaciones igualitarias. La equidad que debe existir entre hombres y muieres pasa por la superación de los ro– les tradicionales de dominación, por la re- moción de las desuetas barreras cul turales que hemos enfrentado en nuestra socie– dad, por la construcción de relaciones de género igualitarias, por deshacer prejuicios de una sociedad excluyente, por cerrar la brecha histórica de una cultura patriarcal. En otras palabras. la eliminación de todas las formas de discriminación por género im– pone el reconocimiento del género feme– nino como sujeto de especial protección y adoptar medidas concretas con el propósi– to de hacer efectivos esos grandes avances normativos. 2. La de la Comisión Nacional de Géne– ro de la Rama Judicial Colombiana: ¿una experiencia piloto a nivel ibe– roamericano? La constitución de la Comisión Nacional de Género de la Rama Judicial, que reúne a magistrados y magistradas de las distintas altas Corporaciones Judiciales de mi país, constituye un esfuerzo innovativo a nivel regional y pionero, quizás, en el ámbito internacional, además de erigirse en una buena práctica que puede replicarse a ni– vel iberoamericano, tal y como lo reconoció el sei'lor Diego Palacio, representante de la UNFPA en Colombia en el pasado encuen– tro de magistradas colombianas en la isla de San Andrés. La Comisión Nacional de Género de la Rama Judicial pretende, con fundamento en la experiencia que aporta la jurispruden– cía, convertirse en el escenario natural para que se propongan las pollticas, planes yac– cíones encaminados a garantizar la igual– dad y no discriminación por género en el acceso a la justicia; en el centro de impul– sión de la sensibilización y la formación en materia de género para todos los servidores judiciales, y en e1 lugar para evaluar y hacer el seguimiento a las políticas y planes que se determinen. 3. Grandes líneas de acción de la Comi– sión Nacional de Género de la Rama Judicial En el ámbito judicial, hemos acompañado al Consejo Superior de la Judicatura en la formulación de un proceso de formación de nuestros funcionarios judiciales, sin antece– dentes en Colombia, sacando asl el tema de las altas Corporaciones para profundizar en la aplicación de las normas vigentes en materia de género. En el ámbito judicial– -administrativo, también la Comisión ha venido trabajando de la mano de la Sala Administrativa del Consejo Superior en el mejoramiento y fortalecimiento de meca– nismos administrativos para hacer efectivo el derecho fundamental de acceso a la justi- ► Mano 2009 !Revista J udicial [ 13

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