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Homenaje a las víctimas de las violencias que ha padecido Colombia 1 A mantes irreductibles de este solar pa– trio. nosotros los habitantes de la es– quina noroccidental de Suramérica hemos estado padeciendo de continuo los horro– res de las violencias, desde las connatu– rales a algunos grupos aborígenes, unos más que otros, apabullados luego por la violencia del conquistador y el colonizador y una economía en ascenso, marcada por hondas diferencias sociales y crecientes conflictos laborales, llega la violencia par– tidista de los años mil novecientos treinta, cuarenta y cincuenta. por esa polarización irracional aupada desde la tunantería ca– pitalina, llevando la desolación, la triste– za y la ruina a villas y campos. ferocidad español, sojuzgador de los indígenas, al desbancada por la aparición de grupos igual que de los esclavos vilmente traldos primero rebeldes y pronto igualmente de Africa, a quienes les fueron impuestos durante cerca de cuatro siglos formas de vida y de producción ajenas a sus costum– bres, con vasallaje, desplazamientos, ex– plotación, epidemias, vejaciones y muerte. La violencia para alcanzar la así llamada independencia a principios del siglo XIX. donde indlgenas, mulatos, afrodescen– dientes. mestizos y españoles nacidos en estas tierras, se enfrentaron a españoles. mestizos, afrodescendientes. mulatos e indígenas, aquellos insurrectos y soñado– res de un régimen polltíco propio, lo cual no trajo paz sino casi una centuria de gue– rras civiles, desde la Patria Boba hasta la Guerra de los Mil Días, en esa lucha fra– tricida por consolidar intereses personales y facciosos por encima de la despreciada institucionaIidad. Después de la "calma chicha" de comien– zos del siglo XX, en el escenario de unos partidos con más beligerancias que ideas perversos. en amplios sectores de la geo– grafía patria. Vienen entonces las violencias del nar– cotráfico desde los años mil novecientos setenta, por la explosión ilegal e incontro– lada del cultivo, producción y tráfico de estupefacientes, promotoras de ingente dinero fáci l y de una economía subterrá– nea aliada con todas las manifestaciones de delincuencia de alto rendimiento eco– nómico, incluida la corrupción, la extor– sión, el secuestro y el sicariato. Así se engendran las violencias que ac– tualmente padecemos y luchamos para doblegar, frente a esa alianza entre narco– traficantes, "guerrilleros" y " autodefen– sas". concertados en grupos despiadada– mente criminales, que invadiendo campos y ciudades, han sembrando la muerte, el sufrimiento, el terror, el desarraigo, la des– integración familiar. 1 S!ntesis de la alocución expresada por el Presidente de la Corte Constitucional, Nilson Pinilla Pinilla, con ocasión del homenaje rendido a las víctimas de las violencias en Colombia, el 12 de agosto de 2009 en el Parque de la Vida en BarrancabermeJa (S.). Nilson Pinilla Pinilla Presidente Corte Constitucional '' La búsqueda de la realidad implica, el derecho de la víctima "a conocer la verdad de lo sucedido, a saber quiénes fueron los agentes del daño, a que los hechos se investiguen seriamente y se sancionen por el Estado, y que se prevenga la impunidad"~~ ► Diciembre 2009 Revista Judicial 19

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