libro
cuando hay un puente festivo. Para cuando él aparece ya casi todos se han curado el guayabo del fin de semana y con un optimismo que raya en lo ridículo osan decir "ya no quedan sino tres dfas·. Los hinchas de Santa Fe ya han olvidado su última tragedia y con una esperanza, que sinceramente no sé de dónde la sacan, empiezan a disfrutar del hipotético triunfo del próximo fin de semana. Además, El Martes jamás corre con fa culpa de los malos matrimonios, pues nadie se casa en ellos, tal vez porque la sabiduría popular reza que en Martes ni te cases ni te embarques. En lo que tiene que ver con El Miércoles, con todo respeto debo decir que es un mediocre, hipócrita y falto de personalidad, que dependiendo de las drcunstanciasy de lo que le conviene, se nos pega a El Martes ya mí para considerarse parte del inicio de la jornada laboral y, por ende, más productivo o, porelcontrario, cuando quiereser jovial y dicharachero, sin el menorgrado de dignidadse incorpora al fin desemana. Me enfurece su falta de entereza. Además de todo es rezandero y se enorgullece de dar inicio a la cuaresma con El Miércoles de Ceniza, cuando la parte del sacnficio que corresponde a dicha época la asume El Viernes, que es el que corre con la vigilia. Para colmo de males esarribista, pues todos los nuevos ricos han destinado sus tardes para, en lugar de trabajar; dedicarse a jugar golf y hacérselo saber a todo el mundo. Finalmente, afirmo que si El Miércoles tuviera vocación polftica, haría parte de la coalición. ¿De cuál? Pues de la "mayon·taria". Respeao de ElJueves considero que es un inmaduro, un buenavida y, hasta cierto punto, un vago e irresponsable. Como se con– sidera eternamentejoven y leagrada la rumba, no tiene ningún problema en que le pongan apodos y hasta los recibe con gracia, por eso le llaman "ElJuernes". Con ese cuenticopone en aprietos aEl Viernes por la mañana, pues más de un ciudadano amanece totalmente improductivo graciasa la fiestecita del día anterior. Además de todo esmedio "plástico': puessu mayor virtud es servir de fecha para cuanto "coctel" se organice. Realiza un acto de contrición al año y por eso en la Semana Mayor aparece como El Jueves Santo, aunque, la verdadsea dicha y como les ocurre a los de El Ttempo, de santo nada de nada. De El Viernes debo decir que, a pesar de fo que muchos pensarlan, Jo considero un bonachón. Si bien nos han endilgado una supuesta enemistad, elfo no es as/. A veces me da hasta pesar, pues está entre dos joyitas, El Jueves, a quien ya describí, y el "tumba/ocas" de El Sábado. El Viernes es débil y carece de carácter, por fo que todo el mundo lo aprovecha para lo que sea. En él se trabaja y se vaga, fa gente se puede vestir formalmente o no usar corbata. Es día laborable, pero constituye un delicioso manjar para los golosos "pide-permisos". Y, lo más triste, que incluso yo creo que él sabe pero lo disimula, es que antecede a El Sábado. Si bien se le considera un buen día para la actividad económica, él es consciente de que a los restaurantes, discotecas, bares y moteles, solo por citar algunos negocios, la gente llega cuando aún está vigente, pero salen, que es cuando pagan, cuando ya ha llegado su sucesor. En otras palabras, su únka gracia es que cuando termina su existencia llega el más engrefdo de los engreldos, por eso este alguna vez sugirió que en lugar de llamarlo El Viernes, se le debla denominar El Presábado. YEl Sábado, como todos los menores, es consentido y malcriado. En todas las culturas y durante gran parte de la historia se le ha considerado como el día de descanso. A diferencia de El Domingo. que fue cuando todo comenzó, en este Dios des– cansó y de paso y, con todo respeto, se lo tiró. Los judlos prefieren que los árabes les Hechen fa agüe/ita" antes que mover un dedo ese dfa. El Sábado vive de los demás dlas, gracias al trabajo que se desarrolla entre semana, y así lo estipula el Código Laboral, lo pagan sin hacernada. Durante él todos los almacenes están abiertos, hay trancones, ruido, tumultos y, fo más gra– ve, Consejos Comunales. Es odioso y antipático y produce efectos bobos, falsos e hipócritas, como lo es una supuesta alegría colectiva y, de la misma forma, fenómenos tan inexplicables y absurdos como que cuando Santa Fe juega en ese dia, gana. Bueno, apreciados señores, por ahora conduyo estas cortas, pero contundentes explicaciones, espero que el autor del artículo escrfto en mi contra en futuras oportunidades se documente en debida forma, así como le recuerdo a toda la sociedad que gracias a mf el congresista Emi1iani pasó a la historia como el más consagrado, dedicado, estudioso e imaginativo de los legis– ladores. (f)¡ Atentamente, El Lunes
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