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H ace algún tiempo escribí para esta misma revista un artículo en el cual despotricaba del día lunes. En esa oportunidad, de la manera más descarnada y sin medirme en palabras, atacaba a esa fracción de tiempo achacándole la mayor parte de mis frustra– ciones y mis derrotas; fui apoyado por muchos familiares, amigos y compañeros de trabajo, quienes en gavilla me secundaron y fe– licitaron por haber puesto las cosas en su sitio y haberles dicho, a esas pinches "24 horas", lo que se merecían; incluso algunos me Señores Revista Judicial Ciudad. Por Germán Navas Navas reclamaron por haberme quedado corto, pues, según ellos, ante la "temporización" del mal, la debilidad y la diplomacia no tienen cabida. No obstante, hace algunos días recibí una carta de el Lunes, en la cual, en forma por demás muy cortés y decente y haciendo uso del derecho de réplica, me hizo algunas precisiones, las cuales conside– ro debo compartir, pues estimo, en aras de la verdad, que estoy en deuda con él. En efecto dicha comunicación decía: Con relación al artículo titulado "El lunes", el cual fue publicado en la edición número 07 del mes de diciembre de 2007, en ejercicio del derecho a salvaguardar mi buen nombre y acudiendo al espíritu democrático que supongo inspira a esa revista, considero necesario hacer algunas precisiones y aclaraciones que espero sean publicadas con el mismo despliegue del mentado artículo, sin perjuicio de advertir que si ello no es así acudiré a la acción de tutela, así se me vengan encima la SIP, el CPB y todas las demás agremiaciones de periodistas. Considero que en contra mfa se han dicho y escrito muchas cosas que, además de injustas, no son ciertas. Es por eso que creo oportuno, luego de tantos siglos y años de injusticias, decirle a la humanidadque ha sido muy cruel conmigo y que en Jugar de atacarme, como lo hizo el señor ese que escribió el articulo de marras, debe agrade– cerme por todo lo que gracias a mi se ha logrado, pues aunque pudiera pensarse que el único que me admira es el Presidente de España, Rodrlguez Zapatero, hay muchas personas que me respetan y me aprecian. Yo creo que el tema tiene su origen en la mala prensa, no obstante que los artículos de Poncho Rentería se publican los Martes, y en el silencio que hasta el dla de hoy me propuse guardar Sin embargo, ahora estoy convencido de que siendo noble y que poniendo la otra mejilla nada lograré, es por ello que voy a decirles las siguientes verdades: Si El Domingo es melancólico y nostálgico cuando se está acabando, yo no tengo la culpa. ti siempre ha sido un resentido y un engreído. Desde que se le identificó con aquello de que "... al principio creó Dios los cielos y la tierra... " se considera el más importante y por eso, cual hermano mayor que no soporta a los hermanos menores, descarga toda su amargura en mi. Si durante su ocaso la Autopista del Norte en Bogotá parece un inmenso parqueadero, o si en su atardecer los hinchas de Santa Fe siempre están llorando, o si al anochecer los televidentes tienen que soportarse durante una hora a unos supermachos en "el mejor programa cultural de la TV" como es "Swift", nada de eso es mi responsabilidad. Yo soy una víctima más de todos esos absurdos. Nadie se imagina el "oso" ajeno que me produce todo aquello, además de la mala energla con la que debo empezar mi transcurrir. Finalmente, por más demócrata que él se considere, yo nada tuve que ver con que el presidente Perón de Argentina, que más de una vez se dio su ''gustico", fuera su tocayo. Con relación a El Martes, él siempre va en coche. Se colincha a la mala propaganda que me han hecho y pasa agachado. Eso si debo reconocer que es muy hábil, pues ha logrado evitar que digan Jo que me enrostran a mi

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