Libro
m OCTAVO fNCUtNIAO Uf LAS lllTi\S WRl'OifAC IONES O JUSIICII\ O( COlOMflill de la mujer, pero posteriormente Francia comenzó a dar motivos económicos a los partidos políticos por la participación de la mujer. En Italia también ha existido dos etapas, una etapa en la cual el tribunal constitucional italiano declaró inconstitucio– nal la ley 81 de 1993 que buscaba institucionalizar la democracia igualitaria pero posteriormente la ha implementado. Por su parte en España el caso es reciente, pues se implementa en el 2007, re– saltando que el texto utilizado en España es sobre el cual se ha apoyado Colombia, este texto establece un sistema en el cual todos los partidos políticos deben incluir en sus listas una proporción no inferior al 40% ni mayor a 60%, en el 2010 el Tribunal Español declaró su constitucionalidad alejándose de la tesis establecida en Francia e Italia. En Alemania no se han establecido leyes de porcentajes electorales pero igual– mente se han dado incentivos en materia económica a los partidos y movimientos políticos que incorporar mujeres en sus listas. Quienes están a favor de la democracia igualitaria argumentan que la igualdad formal no ha sido suficiente y las estadísticas demuestran que no existe represen– tación efectiva, que hay un déficit democrático en América latina, que se obtiene legitimación democrática y que la sociedad está integrada por mujeres y hombres. Por ejemplo en Colombia el 51. 2% de la población es femenina y sin embargo no alcanza a ser el 20% la participación de las mujeres, estos argumentos emiquecen el debate democrático, remueven barreras culturales y visualiza las demandas femeni– nas teniendo en cuenta que la paridad es una herramienta para el restablecimiento de la universalidad. De igual manera, en la obra "La voz pública de las mujeres" , su autora española (María Dolores Renau) establece una tesis en donde demuestra que la mujer es nece– saria para la consecución de la paz y la justicia diciendo que "trae con ella fuerza, esperanza preparación, los conocimientos y una sensibilidad distinta que pueden aportar valores a la vida política. No está garantizado que su sola presencia trans– forme la vida política, pero lo que es seguro es que sin ellas no se garantiza avanzar hacia la paz y hacia la justicia. No está garantizado que este mundo patriarcal que ha naturalizado la violencia y ha moderado la política en términos de poderes y contra poderes, sea capaz de unirse en un mensaje que ponga al ser humano en el centro la vida política, pero sin su voz y sus apuestas alternativas no va a ser posible erradicar las violencias que contaminan nuestras vidas" con ese argumento ella confirma que se requiere la democracia igualitaria. Pero también existen grupos que están en contra de esa democracia paritaria argumentando que las acciones afirmativas no son trasladables al ámbito electoral, imposibilidad de presentar listas conformadas sólo por hombres o por mujeres es decir al adoptar esta democracia no podrán presentarse listas homogéneas en donde un partido político no podrá conducirse con objetivos propios u opciones de género diferentes como lo sería la imposibilidad de conformar un partido LGBT, además que todos los grupos marginados pedirán un porcentaje en la participación pública y esto no es válido, convirtiendo al Congreso en un cuerpo segmentado de grupos de in-
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