Libro
(!) OCT•WO (NCUtNTRO DE lASAllAS CORl'Ol!ACIONtS Ol JUS'IClA Of. COWMB A t teorías, la abreviatura de las argumentaciones y un le_nguaje que no es común. Es así que encuentro primordial -y lo afirmo como hijo, como compañero y como padre de dos mujeres-, desdecir el imaginario social prevalente sobre la mujer: obediente, sumisa, resignada, o santa o pecadora, detrás de los grandes hombres -no sobra re– cordar esa odiosa y anclada frase que enuncia que º detrás de un gran hombre hay una gran mujer"-, con más sensibilidad que racionalidad y, sobre todo, advenediza en el mundo de los asuntos públicos. Cada vez es mayor el número de mujeres que acceden al poder público y en particular al jurídico, lo que daría tema para una reflexión que pondere las relaciones entre las mujeres en la justicia y la justicia en los asuntos de la mujer. Es decir, la visión femenina de la decisión judicial debe ser estudiada -y creo que ello es uno de los objetivos de este Encuentro- por los aportes que la feminidad puede y debe dar a la justicia, partiendo no solo de sus relaciones al interior de la Rama sino de los aportes que hacen a partir de una concepción del mundo que indudablemente tiene sus particularidades. En nuestra Corporación, de nueve miembros solo hay una mujer, a quien respeto y admiro, y a quien agradezco infinitamente por su perspicacia, por su agudeza, por su sensibilidad y por su mirar más allá de lo estrictamente técnico-jurídico. Tengo la certeza que de existir un ma– yor y ojala mínimo un igualitario número de mujeres, la jurisprudencia ganaría en profundidad y en humanidad. Quiero terminar con las ideas de un pensador utópico, contemporáneo, de Car– los Marx, que escribió sobre la mujer como pocos hombres lo han hecho. Ellas, no quiero acusarlas de ingratas, no lo han estudiado lo suficiente. Se llamaba Charles Fourier, era francés y sus seguidores eran más numerosos que los de cualquier otro reformador social de su época. Fourjer sostenía con abundancia de ejemplos que solo en la fuerza física los hombres superan a las mujeres, que debería existir un tercer sexo que sometiese a los hombres con la violencia con la que ellos someten a las mu– jeres, que no es el proletariado la vanguardia de la revolución, sino las mujeres. En su "Nuevo mundo amoroso", manuscrito inédito encontrado en la Biblioteca Nacional de Francia en 1968, declaraba que en el futuro las mujeres elegirían cuándo quedar embarazadas. Ese mismo año la píldora anticonceptiva ganaba adeptas. Pero de todas las afirmaciones de Fourier hay una que me parece contundente: "la libertad de una sociedad se mide por la libertad de las mujeres en esa sociedad". Las ideas que acabo de compartir con ustedes fueron escritas a varias manos, muchas, muchas de ellas, femeninas. Gracias 4.3 Magistrado Gabriel Eduardo Mendoza Martelo Esperando que a partir del día de hoy la mujer colombiana de pasos gigantescos en la conquista de la igualdad y la eliminación de la discriminación especialmente en el marco laboral, en su representación política y social, en donde la lucha de género no sea sólo del hombre, ya que actualmente la mujer en aspectos esenciales de la esencia
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