Libro
2 PANH INS"lll UCIONAJ. (I) cesaría para la reintegración de las víctimas a los ámbitos sociales, culturales y económicos. • Aunar esfuerzos para armonizar un sistema de información que dé cuenta de la magnitud de las violencias contra la n1ujer en conjunto con el departamento f!droinistrativo de estadísticas DANE quien ya está comprometido en trabajar conjuntamenle con nosotros en esta temática. 2.7 Comentarios de la moderadora Dra. María del Rosario González de Lemus, Magistrada de la Corte Suprema de Justicia En mi condición de moderadora del panel sobre organismos de control en el marco del VTI1 Encuentro de Género de Altas Corporaciones de Justicia de Colombia, quiero resaltar la hnportancia de la presencia en el evento de la Fiscalia, la Contralorfa, la Procuraduría, la Defensoría, y la Auditoría, como entidades cuya labor se erige en presupuesto de legitimidad, en razón a que el control dota de legitimidad al Estado en su noción democrática, pues este entrega a los ciudadanos certidumbre acerca de la constante verificación de los actos de quienes rigen sus destinos, así como de los propios cuando comportan incorrecciones e ilegalidades o daños a terceros, es decir, no hay persona alguna o servidor público, por importante que sea, cuyas actuacio– nes no se regulen, proceder con el cual se elimina el absolutismo el despotisn10 y la arbitrariedad. Colombia con el conflicto partidista paramilitar-guerrillero que ha sufrido a par– tir de los años 50 en el siglo pasado, en donde el cuerpo de la mujer ha sido campo de batalla y guerra, pues se ha permitido que sea utilizado por los distintos bandos del conflicto armado, por eso es importante que la Procuraduría emprenda una ac– ción para las mujeres que han sido víctimas de la violencia, pues nosotros no somos conscientes de la misma. Es así, como los crímenes por el conflicto armado reconocen sin ningún pudor la violencia contra los hombres, pero se niegan a reconocer sistemáticamente la vio– lencia contra el cuerpo de las mujeres, esa es una situación que nosotros hemos vivi– do, conocido y sufrido e.n la jurisdicción penal, pues hay una renuencia generalizada de los perpetradores de actos violentos para reconocerla. LaDoctora VivfanMorales señaló un punto importante que quiero rescatar como uno de los argumentos más concluyentes que se han traído y es la discriminación como producto de los prejuicios aiTaigados de forma cultural y por ello la dificultad para su erradicación dentro del contexto de una cultura que se niega a reconocerlos y trata de perpetuarlos. Colombia co1no parte de nuestro continente ha sufrido históricamente y cultu– ralmente la violación de la mujer, por lo que considero que es el momento para que todos los países que sufren con esta situación se coordinen para que la igualdad sea real y no solamente forinal, para que nosotros tengamos la necesidad de visualizar 157
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