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m 138 OCTAV1J fNCUfNTRO 0( LAS Alll\S CORl'ORACIONES Of JUS1ICIA DE r.0I íll.1AIA han sido encargadas, nombradas o ascendidas a 1400 mujeres que corresponde al 50.65% de dichas situaciones administrativas y de esas mismas han sido beneficia– dos 1394 hombres que equivalen al 49. 35%. 2.2 Dra. Viviane Morales Hoyos. Fiscal General de la Nación El tema de género toca mi sensibilidad como ser humano y como funcionaria pú– blica porque creo que el grado de civilización que alcanza una sociedad puede ser medido a través de la superación de las desigualdades y discriminaciones a las que se han visto sometidas las mujeres, los niños, los indígenas, los afro-descendientes y los grupos tradicionalmente marginados; esas discriminaciones se han derivado de prejuicios arraigados que niegan a estas poblaciones la autonomía de la voluntad, los consideran seres inferiores y en consecuencia restringen sus derechos, generando l~ yes injustas y prácticas bárbaras las cuales han sido progresivamente derogadas con el advenimiento de la democracia. La historia del derecho en Colombia registra una fuerte intervención punitiva del estado sobre el cuerpo de mujeres, niños, afro descendientes e indígenas a través de la legislación, por ejemplo a la abolición de las leyes de esclavitud se mantuvieron las prácticas de someter a trabajo forzado en obras públicas y privadas a indígenas, afri– canos y zambos bajo el eufemismo de prestación de servicios personales obligatorios. Bajo diferentes figuras jurídicas, como las causales de exclusión de responsabilidad penal, fueron permitidos por las leyes penales colombianas castigos violentos y su– mamente severos administrados por el jefe de familia, las mujeres que fueran encon– tradas teniendo relaciones sexuales con un hombre que no fuera su marido podían ser asesinadas impunemente, así como los niños con el ejercicio del estricto derecho de castigar que se le reconocía al padre. De igual manera las personas con situaciones de discapacidad han sufrido serias afectaciones a sus derechos sociales, económicos y culturales; las discriminaciones se cruzan las mujeres pobres afro descendientes o indígenas, en situación rural tie– nen más probabilidad de ser victimizadas por ejemplo. A pesar de que la mayor parte de las leyes discriminatorias han sido derogadas, las discriminaciones subsisten hasta hoy en la forma de prácticas culturales y son reforzadas cuando se niegan o se in-visibilizan. Perviven en la actualidad prácticas de castigos inveterados contra mujeres y niños bajo la forma de lesiones personales, privación arbitraria de la libertad en el domicilio y abuso sexual, además de la vio– lencia intrafaroiHar que es uno de los delitos de mayor incidencia en Colombia y su denuncia viene en aumento, en el 2007 ingresaron a la fiscalía 40,000 casos, en el 2008 fueron 57,000 y en el 2010 casi 75000 La institucionalización de la democracia demanda que el derecho penal hoy sea un instrumento para erradicar las discriminaciones de género y contra grupos de población, no para legitimar un orden social injusto como en el pasado. la idea de género toca directamente el respeto y la garantía de los derechos humanos, al ignorar

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