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Derecho Electoral de Latinoamérica 81 En segundo lugar, y en el m~jor de los casos, es un político profesional, un miembro de un partido político que debe ser sensible a su partido político y a diversos grupos e intereses públicos y privados. En tercer lugar, el representante tiene sus opiniones y perspectivas, sintiendo que al– gunas medidas son intrínsecarnente erróneas, inrnoralcs o indeseables. Sus propias opiniones, incluso, pueden estar en cierta medida formadas por los líderes del partido o por otros colegas. Además, corno miembro del legislativo, ocupa un cargo público a] que corresponden ciertas obligaciones y expectativas. Podría decirse, s iguiendo a Fenichel Pitkin, que en la actualidad " ... representación significa actuar en interés de los representados, de una manera sensible ante ellos". Sin embargo, ]a realidad indica que por el 1nero hecho de que se esté dentro de un sistema representativo, no es garantía de que el ciudadano elector esté representado verdaderamente. Por esto, cuando el representado es el pueblo con su pretensión de tener voz y voto en ]os intereses que le atañen, llega a ser tan relevante que el re– presentante debe perseguir siempre los intereses de los electores, por encima de sus co1nprornisos o intereses. Pero todo lo anterior no debe de ser razón de dcsánüno o confonnisrno para la ciu– dadanía, ya que este solo colaboraría al continuismo de la situación acrual de déficit de1nocrático. Esta siruación debe de ser un fi1ctor determinante para la movilización de la ciudadanía y su articulación en organizaciones autóno1nas que se sobrepongan a ]as divisiones ideológicas y las confrontaciones sociales en 1nuchas ocasiones creadas artificiahnente por intereses particulares, pero que no se corresponden a ]a realidad ni a] sentir de los ciudadanos. Una movihzación mús allá de las banderas y los personalismos que desde siempre se han creído los portadores de la verdad más absoluta porque no hay bandera ni color capaz de albergar y representar a la pluralidad de la ciudadanía, para así, entre todos, poder llegar a de1nocratizar ]as instituciones públicas; para que estas respondan a las verdaderas necesidades y preocupaciones de la ciudadanía, 1nás allá de los intereses políticos, y lograr la participación activa de los ciudadanos en el control de la gestión y ]a toma de decisión de las diferentes instituciones. El propósito es lograr una democracia de calidad que beneficie a los ciudadanos en todos ]os aspectos. VI. Propuestas de democracia directa en la reforma politica del estado mexicano La discusión y debate sobre el cambio político que México requiere está desarrollada en numerosos libros, en múltiples ensayos y en artículos que se publican día con día en la prensa o en las revistas especializadas. En este dicta1nen se consideran, ade1nás de las nu1nerosas iniciativas antes reseñadas, ]os foros de análisis que el propio Se-

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