Libro
58 3. Propuesta de sistema electoral mixto para Colombia La relación Principal-Agente corresponde a una concepción específica de represen– tación donde en su forma tnás extrema los representantes otorgan un mandato al representante para que actúe por ellos. En esca concepción el represenlanle tiene que rendir cuentas ante estos, explicar su comportarnicnto legislativo y portar los inte– reses y visiones que sus representados rienen sobre cómo debe avanzar la sociedad. Ahora bien, esa posición extrema y 1necánica de mandato no es la que se sostiene en esta propuesta ya que se considera adicionahnente la importancia de la función didáctica del representante con un electorado específico, de ilustrar y explicar a estos el funcionamiento del Estado, y junto con 1nodificaciones que se hagan sobre los es– quemas presupuestales, ilustrar las diferentes fuentes y usos de recursos nacionales, departamentales, municipales o aun locales (comunales), en los diferentes momen– tos de su legislatura, para que los ciudadanos de un territorio puedan saber quién es responsable ranto de los éxitos co1no los fracasos de las diferentes gestiones y los pueda llamar a cuentas. Frente a la concepción de principal agente existe una concepción "Microcós1nica" de la representación donde lo más importante es que el legislativo quede conformado de 1nanera proporcional por cada uno de los componentes de la sociedad, esto es, que el cuerpo legislativo sea una tniniatura de la sociedad. Las dos concepciones citadas de la representación tienen consecuencias en el siste– ma electoral. Así, las democracias anglosajonas, que desde su origen recogieron el principio contractual feudal, han preferido la noción de Principal-Agente, la cual se refleja ya sea en sistemas parlamentarios como el inglés, que es un sistema basado en distritos uninominales (DUN), donde el representante que saca tnás votos en un territorio (rnayoritario) se lleva la cunil, o en sistemas presidenciales corno el de Estados Unidos, donde la elección se hace también con este sentido mayoritario. El electorado identifica quién es el representante del territorio para así mis1no pedirle cuentas de una forma más contundente y efectiva. La ciudadanía tiene de esta forma más tnecanistnos para ejercer el Control Social y Político: cuando el representante se postula para su reelección, los votantes tienen mayores argu1nentos para apoyarlo o no. Este es tan solo uno de los mecanis1nos de llamar a cuentas al representante. Utili7.ando el modelo Principal-Agente, Stro1n et al. (2003) estudia los diferentes pa– sos entre el votante y la emisión de políticas y prácticas públicas y como en cada uno de ellos se presenta una pérdida de agencia en cada uno de los pasos, clasíticilndolos en aquellos ex ante y ex post a la elección misrna del representante. Si bien ellos consideran que el más débil de tales eslabona1nientos es el de votantes y 1nie1nbros del Parla1nento, esta debilidad se acrecienta en pritner ténnino por los efectos de di– ferentes sistemas electorales parlatnentarios. El contraste obvio es por un lado el de siste1nas 1nayoritarios con distritos uninotninales como el de WestJninster (First Past the Post, FPTP), donde se tiene claro quién es el represenlanle y a quién representa (todos los habitantes del territorio: la constiluency) y, en el otro extremo, aquellos de Representación Proporcional (RP). El mismo autor identifica como una de las mayores fuentes de pérdida de agencia en el eslabona1niento entre ciudadanos y elegidos, es la dificultad de coordina-
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