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362 10. Los partidos políticos, la crisis de representatividad y las eventuales soluciones ta1nbién ha disminuido el trabajo voluntario que realizaban los militantes de los diferentes partidos políticos, y para ello han tenido que sustituirlos por personas que cu1nplen dichas tareas, pero en fonna rentada, aumentando de esta manera los egre– sos de los partidos políticos. Un aspecto iTnportante consiste en dctenninar cuáles actividades de los partidos políti– cos deben ser obieto de financiruniento va sea público privado o mixto Habiluahnen- ;J ' J ' • te se clasifican en actividades permanentes, en otras estrictamente electorales, y una tercera, 1nixta, que vincula a las permanentes y las meramente el ectorales. Creo que el financiamiento no debería litnitarse a las actividades estrictamente electorales, sino que se debería incluir también a las actividades pennanentes, pues es lo que posibilita un real fortalecimiento de los mis,nos. En cuanto al origen de los fondos, estimo que deberían provenir tanto de recursos pú– blicos, provenientes del erario nacional o estatal, según corresponda, pero también de los privados. Claro que debida1nente regulados en su recaudación, empleo y con meca– nismos de contralor por la existencia de órganos por fuera y encüna de las organizacio– nes partidarias, y con una especificidad propia de sus funciones, y una independencia de actuación que lo ponga a salvo de las presiones de tipo partidario. IV. La experiencia uruguaya Los principales aspectos fueron los siguientes: • Se estableció que se reali:zarüm elecciones internas y prilnarias en la misma fecha y de manera simultánea para todos los partidos políticos. A diferencia de lo que ocurre en 1nuchos países de la región, en que las elecciones de cada partido polí– tico se realizan en fechas diferentes, en Un1guay se realizan todas cl 1nis1no día. • Las elecciones internas de los partidos políticos, previstas para realizar en el mes de junio del año en que se realizan las elecciones nacionales (que tienen lugar el últitno do1ningo de octubre), son en realidad a la vez internas y pri– marias. Son internas porque permiten elegir a las autoridades de los partidos políticos (se elige a los órganos deliberativos nacionales y departa1nentales, donde radica la soberanía partidaria). Pero tarnbién son pri1narias porque en el 1nis1no acto se elige en forma directa a los candidatos únicos a la Presidencia de la República, de los partidos políticos. • Se consagró que las elecciones fueran voluntarias para los ciudadanos, cuya comparecencia a las urnas no tiene el carácter de obligatorias. • En cambio, son obligatorias para los partidos políticos, a tal grado que el que no cotnparczca perderá su personería electoral -aunque puede conservar la jurídica- . Como tal, no podrá participar ni en las elecciones nacionales, depar– ta1nentales ni municipales hasta el siguiente período electoral, en que deberá neccsaria1n cnte co1nparccer en las internas.

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