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Derecho Electoral de Latinoamérica 359 Más recientemente en Europa han aparecido "los indignados", que evidente1nente ex– presan una s ituación de insatisfacción con el funciona1niento institucional en sus res– pectivos países. C. El creciente desprestigio de los dirigentes políticos en la región Los procesos de dernocratización de los países iberoarnericanos, desde fines de la dé– cada de los 70, tras la era de las dictaduras, generaron un clima de revalorización del papel de los partidos políticos y de los dirigentes, c01no eficaces instntmentos no solo para recuperar las libertades y derechos conculcados, sino también para mejorar las condiciones de vida de la gente. Sin embargo, esta relación se fue deteriorando a medida que transcurría el tiempo. En algunos países, los partidos políticos han perdido gravitación en las respectivas sociedades y han dado lugar a gobiernos cada vez n1ás autoritarios que han tendido a concentrar el poder en sus n1anos, anulando en la práctica la separación de pode– res transitando por senderos donde se han ido limitando las principales libertades (de prensa, de rewlión, de asociación, etc., etc.) y utilizando los institutos de den1ocracia directa no para aun1entar el poder y control de los ciudadanos, s ino pard acrecentar aún más las vastísi1nas co1npetencias y facultades de los gobernantes. Un conjunlo de factores pennite explicar este descrédito que parecen caracterizar hoy en día a los dirigentes partidarios, en la 1nayoría de las naciones latinoainericanas. Algunos episodios que involucran a dirigentes políticos y tan1bién sociales con actos de com1p– cíón pern1iten explicar este desprestigio. En otros casos, se debe a la supuesta prédica "1noralizadora" y nefasta de algunos actores contra supuestos actos de corrupción, que n1ás que por indagar la verdad de los hechos y buscar sanear las instituciones lo hacen con un fin subalterno, y es de utilizarlo como una bandera de proselitis1no para ganar adeptos, con el objetivo de descalificar a sus adversarios políticos. En estos casos, ade– rnás, la prédica lleva en sí 1nis1na un elemento penúcioso y destructivo cual es el de des– prestigiar las instituciones políticas basada en la democracia representativa, y buscando crear o instaurar 1novin1ientos partidarios que conllevan en sí el retorno a los caciquis– mos de otrora al establecimiento de formas más o menos encubiertas de dictaduras con improntas reconocibles del fascismo, sin ünportar el s igno político de tales movimientos. Ese desprestigio que afecta a la dirigencia, a los partidos y más en general a la activi– dad polílica, lejos de fomentar las vocaciones en pos del servicio público, aleja a 1nu– chos ciudadanos que podrian contribuir a can1biar la situación, porque sienten esa re– probación popular y con10 tal, los inhibe de participar en la v ida interna de los partidos. 111. Los caminos para el fortalecimiento de los partidos políticos Partiendo de la experiencia uruguaya, creo que solo el fortalcciTniento de los partidos políticos podrá consolidar la deinocracia en la región.

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