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358 10. Los partidos políticos, la crisis de representatividad y las eventuales soluciones den ser los fhctores que lo generan, para luego formular algunas líneas de trabajo para revertir la tendencia observada. A. Los ca,nbios en las socie,latles en la segu,ula ,nittul tlel siglo XX En la segunda tnitad del siglo pasado se incorporaron una serie de cambios, que afecta– ron a nuestros países. Así se ha visto establecer y consolidarse nuevos valores y pautas generales que han afectado a la sociedad y han impuesto nuevos 1nodelos culturales en sentido atnplio. Nada ha pennanecido tal co1no era a 1nediados de siglo XX, todo ha 1nudado, y co1no en toda transformación, algunas son de signo positivo, en tanto otras son negativas. Estrecha1nente ligada a estos aspectos, se encuentra la enorme importancia que han co– brado los rnedios de comunicación de 1nasas, que han incidido tanto en las sociedades. Pero, lamentable1nente, estarnos asistiendo en algunos países de la región al desarrollo de carnpañas contra los rnedios de prensa buscando la sujeción a los dictados de los respectivos gobiernos, so pena de cerrarlos. Para el lo ve1nos que se apela a la fuer7.a y a cualquier tipo de pretextos y engañifas jurídicas. B. Los lbnites para incitlir en los partidos políticos Es otra de las cuestiones que incide en la crisis de la representación. En efecto, en las últimas décadas, cada vez mayores segmentos de población han visto reducidas o eli1ninadas las posibilidades de participar en las diferentes organizaciones represen– tativas de una sociedad. Es cierto que no en todos los países ese acceso era la regla, sino 1nás bien la limitación y escasa posibilidad de incidi r en el fi.tnci onamiento de los mismos. Algunos consideran, y no están alejados de la verdad, que muchas de esas organizaciones están controladas por carnarillas, conformadas por grupos con sus pro– pios intereses y que no representan fiehnente a sus 1nandantes; ello sin perjuicio de la profesionalidad con la que 1nuchos actúan. A poco que se profundice en el anális is de la estructura y del funcionmniento de los partidos políticos de la región, se puede apreciar que la mayoría de sus órganos no tienen ninguna fi.tnción relevante y ello los ciudadanos lo co1nprenden, se dan cuenta y por ello se alejan. Las experiencias de los partidos políticos, así como de otras organizaciones sociales (sindicatos, organizaciones gre1niales y las ONU), muestran tendencias que, lejos de incentivar la participación de los ciudadanos en la vida interna de los 1nis1nos, la des– echan por medio de numerosas prácticas que a la vez de fortalecer a esos cuadros diri– gentes contribuyen a debilitar a los partidos. En ese camino, languideció la participa– ción popular, fueron menguando la p lantilla de afi liados, fueron perdiendo credibilidad en la opinión pública y decayeron o se convirtieron en tneras expresiones testitnoniales en las elecciones. Así fueron siendo afectados los partidos políticos en Venezuela, en Ecuador, en Bolivia, en Argentina, en Nicaragua.

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