Libro
350 9. Derecho electoral y medios de comunicación los electores, lo que de por sí constituye el mejor motivo para apelar a las propuestas racionales co1no base para la plataforma electoral. Desde el punto de vista de la libertad de expresión y el derecho a la información, como elementos básicos para la detnocracia, este difiere notabletnente del leg islador de la refonna electoral. Resulta claro que en el espíritu de la refonna electoral en tnatcria de difusión de con– tenidos políticos a través de medios masivos electrónicos se encuentra la intención de proporcionar espacios en cond iciones de igualdad, a fin de garantizar una compe– tencia equitativa entre los contendientes, dando oportunidad a un debate público que s irva para expresar las diversas propuestas políticas y los lemas de interés general para la sociedad. Al mismo Liempo, con las refonnas se trata de establecer un parámetro en la calidad del debate político, pues se considera que toda la discusión, propaganda y rnensaj es políticos basados en la crítica llevan a una baja calidad del debate, mientras que la propaganda y mensajes basados en propuestas llevarían en consecuencia a una calidad alta en este debate. Si bien estos supuestos guardan cierta lógica, no garantizan la veracidad o curnpli– rnicnto de las propuestas de un partido o candidato ni que el actor político libre de crí– ticas sea un m~jor candidato o llegue a cambiar su comportatniento previo, que tal vez sí podría verse modificado a partir de la presión pública que la crítica traería consigo. Sin rninimizar la importancia de las propuestas en una carnpaña política, pues es a partir de ellas que el electorado conoce los planes que un actor político preten– de llevar a cabo en el caso de ser electo, no se puede dejar de lado la posibilidad de que un antagonista político realice observaciones y señalarnicntos sobre estas propues tas . En el mo1nento en el que un contrincante analiza y establece puntos por considerar sobre las propuestas de su oponente, no solatnente estamos en el juego electoral, sino que adernás este contrincante se convierte en el representante del electorado que, a través de es te actor político, puede llevar adelante el debale sobre estas propuestas. En el 1nis1no sentido, es de esperar que sea un contrincante quien nos hable de los antecedentes del oponente, así como de la información relevante acerca de su cotn– portamiento pre\'io y a su capacidad de cu1nplir promesas no solarnente porque es de su interés personal poner en debale aspeclos personales de su opositor, sino porque en su calidad de candidato representa a un gn1po social y en no1nbre de este grupo puede cuestionar de manera directa a su opositor, lo que no sería posible realizar por cada uno de sus representados. No hay que olvidar que la crítica implica un argumento que puede alcanzar un gran peso en la reflexión que hace el elector respecto de un tema o punto específico de las platafonnas políticas de los candidatos. A partir de esta reflexión, puede ocurrir, en el caso de una crítica infundada, que las consecuencias pueden revertirse en contra de aquel que utilice este recurso, si se da el caso de que el electorado se percata y concien– tiza la falsedad de un argumento.
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