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Derecho Electoral de Latinoamérica 291 competencia sucia, en la que los partidos tratan de arrancarse mutuamente el apoyo mediante más y mayores promesas al electorado. Sartori concluye respecto del pluralismo polarizado: "No cabe duda de que esta varie– dad de multipartidismo es un estado 1nalsano de cosas para un cuerpo político. Un sís– tc1na político que se caracterice por ilnpulsos centrífugos, una oposición irresponsable y una competencia sucia dificilmente puede ser un sistema viable" 281 • En el sistc1na de atomi7ación de partidos que Sartori cornpara con la cornpetcncia ato– mística en la economía, la situación en que ninguna e1npresa tiene un efecto apreciable en cualquiera otra e1npresa, entraña en su médula de pulverizacíón partidista el germen de su propia destrucción, dada la fragilidad e inestabilidad que le son connaturales, por lo que su existencía tiende a ser efimerd. Desde otro punto de vista, los sistetnas de partidos pueden clasificarse en tres grandes grupos: el prímero es el de los s istemas de apartídis1no oficíal, pero con uno o varios partidos que actúan en la clandestinidad; se trata obvia1nente de partidos antisiste1na que pretenden derrocar al vigente e instaurar un nuevo sistema político. El segundo grupo conjunta a los sistemas que permíten la líbre organízacíón y actuacíón de los partidos politicos. En tanto que el tercer gn1po se integra con los sistc1nas que condi– cionan la fonnacíón y funcionamiento de los partidos, por lo que, eventuahnente, en paralelo a los partidos autorizados, habría otros no autorizados entre los que estarían incluídos los clandestinos. La tipología de Sartori sería aplicable al segundo grupo. 111. Los partidos políticos en México l. El surgb11iento tle los partitlos políticos en .'/1,féxico En México, los partidos políticos tienen noble y bicentenaria raíz: en 18 I Osurgió el Partido Insurgente que, guiado sucesivamente por Miguel Hidalgo, José María More– los y Vicente Guerrero, lucha por la índependencía mexícana. Lograda la independencia 1nexicana, aparecieron otros partidos políticos: el 1nonár– quico y el republícano, el federalísta y el centralista, el líberdl y el conservador que, en su conjunto do1ninaron la escena política de las pri1ncras seis décadas de vida in– dependiente. Ya en el siglo XX, todavía bajo el porfiriato, se crean nuevos partidos: el Partido Li– beral Mexicano de los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón; el Partido Liberal Mexícano, el Partido Constítucional Progresista, el Partido Deinocrálico Indepen– diente, el Partido Nacional Antirrcelcccionista y el Partido Nacional Dc1nocrático que combatieron la dictadura porfirista hasta derrocarla en 1911 mediante una revolución annada encabe7ada por Francisco Tndalecio Madero, quien 1nediante elecciones libres asumió la presidencia de la República. 281 Ídem, p. 178.

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