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Derecho Electoral de Latinoamérica SUl\lATORIA l>F: J,OS FACTORF-S OfVTOTR ENTRE 3 FACTORES 1 FACTOR SOCIOECONÓ.t.1ICO GLOBAL (%) 273 162.2625 3 54.08751 Finalmente, se multiplicó el.factor socioeconómico (54.0875%) por el tope de gastos de ca,npaiia para gobernador (S96,342,790.3060) determinado en el cálculo inicial, para obtener el tope de gastos de campaña para gobernador en el proceso electoral 2009-2010: $96,342,790.3060 X 54.0875% = $52,102,180.9975 Como resultado de lo anterior se obtuvo que el tope global de gastos de ca1npaña para gobernador sufrió un incremento de S 15,696,012.99 en comparación al proceso electo– ral realizado en el año de 2004, lo que significa una diferencia del 43 .114% entre uno y otro. En resumidas cuentas, con la cooperación y apert11ra a las diferentes posturas políticas, y tomando en cuenta a todos, se logró un acuerdo en el que el beneficio fue para las tres partes interesadas, instituto, partidos y sociedad, 1nis1no que fue aprobado por el Cons~jo General en sesión celebrada el 24 de abril del presente año. Del rnistno modo, el proccditnicnto seguido para calcular los topes máxitnos de cam– paña para ediles y diputados fue el mismo. En primer lugar, el cálculo de topes para las carnpañas de diputados fue la cantidad de $100,552,355.19 y después de ap1icar el procedimiento quedó en $53,278,140.59. En el caso de las elecciones de los ediles de los 212 municipios, en un principio el monto ascendió a $136,526,950.30, y al final fue de 71,498,566.99, cantidades que el Cons~jo General aprobó en sesión de fecha 18 de mayo de 2010. Con lo anterior se disminuyó $44,240,609.3125 del cálculo sugerido en el Có– digo, lo que representa un avance de,nocrático y social de relevancia. Creemos por tanto, que el legislador debe perfeccionar el Código Electoral 307 e incluir en el artículo 88 el factor socioeconó1nico como parte de la fónnula para los cálculos de topes de campaña. A tnanera de conclusiones, en sutna, con el cjernplo de la aplicación del factor socioe– conómico en las pasadas elecciones veraeruzanas, pode1nos confinnar la posibilidad de disminuir el gasto electoral, corno una rnedida sociahnente viable, electoralmente adecuada, pero sobre todo, políticamente correcta y éticamente deseable, que contri– buye a dar una respuesta oportuna a la deinanda social de hacer un uso 1nás eficiente, equitativo y racional de los recursos públicos destinados a los procesos electorales. Hay que buscar la fonna de reformar las leyes y los reglmnenlos que sean necesarios para lograr una sustancial dis,ninución del gasto electoral, para lo cual es necesario abrir un amplio debate acerca de la eficiencia en el gasto, los n1bros a los que se des– tina, el compro,niso de las instituciones vinculadas con los procesos electorales en rnateria de transparencia y rendición de cuentas, todo esto con un solo objetivo, elec– ciones mús justas y 1nenos costosas . Sin ernbargo, nunca como ahora, la palabra final sobre este terna no la tenemos los ciudadanos, sino los partidos políticos : los integrantes de los grupos parla1nentarios
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