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260 4. Financiamiento de las elecciones Y los partidos políticos en México: ¡alguien tiene que ceder! Este dilema en realidad no lo es del todo. NOs encontramos ante lo que ManuelAtienza llatnaría "falsa conLTadicción, de lo que en realidad es complementario". Es decir, este argumento de que "gastar más itnplica dolar al órgano electoral de mayor autonomía" c01no si se tratase de una relación "directa1ncnte proporcional" es en realidad, una forma "exuberante", por decir lo menos, de racionalizar un gasto exorbitante muy cuestionado por la ciudadanía. Algunos estudios señalan que existe una "notable disparidad entre los montos que cuestan las elecciones en distintos puntos del orbe y córno han ido evolucionando", por eje1nplo, el CORE: A Global Survey on the Cost of Registration and Elcctions [Encuesta mundial sobre el costo del empadronamiento y las elecciones], elaborada por el Progra1na de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Fundación Internacional para los Sistemas Electorales (IFES) 238 . El CORE se describe a sí misma co1no una guía ponnenorizada de los procesos elec– torales en distintos países del mundo. Explica (o intenta explicar) qué tnedidas deben adoptarse, desde el e1npadrona1niento de votantes hasta la seguridad de las urnas , y a qué precio, considerando los contextos político, jurídico y social. Para el caso que nos ocupa, en la versión de 2008 encontramos una matriz diseñada para el análisis y com– paración de los casos que incluyen tres categorías de democracias: t. Democracias estables, es decir países con una amplia y arraigada cultura dernocrátíca, política y cívica, que llevan tietnpo considerable realizando elecciones periódicas, con un siste1na de competencia estable y legalmente consolidado, entre otros rasgos. Ahí encontramos a la gran mayoría de países de Europa, corno España, Francia, Ctran Bretaña, Noruega, Suecia por cita,r solo algunos y los Estados Unidos de América, con todo y su s istema electoral "itnperfecto" y con inconsistencias. 2. Democracias en transición, donde encontramos a países que están en vías de constn1cción de un sistema político con las características de la cate– goría anterior, pero que cuenta con nonnativas que prevén elecciones pe– riódicas, partidos políticos, órganos administrativos y/o judiciales para las organizaciones de las elecciones, entre otras. En esta especie encontrarnos a la mayoría de los países latinoamericanos como Guatemala, Ecuador, Chile y México. 3. Democracias que devienen de países con conflictos armados, que son todos aquellos para los cuales el proceso democrático resulta una salida política a un estado de violencia o guerra, (es decir, que el proceso de1nocrálico pone fin a un conflicto interno y se convierte en instrurnento de paz) corno en Afganistán, Irak o Haití. Otras organizaciones corno el ACE Proyect, que se integra por diversos organis1nos in– ternacionales coinciden con esta vis ión e incluso han llegado a determinar los factores Holm, l\nnc-Sofic, "A Global Survcy o n thc Cost of Rcgistration and Elcctions & Electoral Hudgc– ting''; Rmssels, 2008.

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