Libro
204 l. Para llegar a tiempo: apuntes sobre la regulación del financiamiento político en América Latina Este punto es relevante, toda vez que resulta claro que cualquiera que sea el efecto buscado por la introducción de los subsidios directos, se requiere, como 1nínimo, que los 1nonlos del apoyo estatal sean relevantes con relación a los costos de la actividad política. Si los subsidios públicos han de tener algún resultado visible, deben alcan7ar una cierta "masa crítica", en ausencia de la cual el financiruniento estatal sitnplemente deviene un instrutnento inocuo. Los casos latinoamericanos oscilan entre los montos tnás bien generosos de subsidio -de los que México es el caso más conspicuo- hasta su1nas co1no las que en algún mo1nenlo mostraron Ecuador y Guatemala, cuya capaci– dad para generar irnpactos políticos es más que dudosa. Tabla l. Subsidios estatales directos por año y votante registrado en 25 democracias (circa 1990) País OS$ Años (1) Austri a 16.5 1995-1998 Francia 14.9 1995-1996 Suecia 12.1 1999 Israel 11.2 1996-1998 l\1éxico 3.3 1997-1999 Rep. Dominicana 3.2 2000 Japón 2.8 1995- 1999 Alemania 2.0 1995-1998 Australia 1.9 1996-1998 Panamá 1.8 1999-2004 Uruguay 1.7 1999-2004 Costa Rica 1.6 2002-2006 Espru1a 1.6 1998-2000 Italia l.4 1999-200 1 Nicaragua 1.2 2001-2006 Portugal 1.0 1995- 1996 Rolivia 0.6 1997-2002 El Salvador 0.5 1999-2004 Holanda 0.4 1999 Honduras 0.2 2001-2005 Estados Unidos 0.1 1991-1996 Canadá 0.2 1993-1997 Dinamarca 0.2 1988-1990 Ecuador 0.2 1995-1997 Guatemala 0.02 1999-2003 l\otas: ( 1) Incluye un año electoral para lodos los países_, exc~pto Suecia y Holanda. En estos casos, l>-in embargo, los partidos no reciben subsidios adicionales durante el año electoral. Fuentes: Casas Zamora (2003) y (2005).
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