Libro
Derecho Electoral de Latinoamérica 129 Bolívar) y santanderisras (partidarios del general Francisco de Paula Santander), que fueron posteriormente recogidas en la segunda 1nitad siglo XIX bajo distintas 1nanifes– taciones, que en general corresponden a las actuales deno1ninaciones genéricas de Parti– do Conservador y Partido Liberal, con sus distintas derivaciones grupales, nonnahnente caracterizadas por su carácter caudillista, su poca estabilidad y su escasa durabilidad. El sisteina electoral consagrado en nuestros textos constitucionales, particularmente en lo relacionado con los esquemas 1nayoritarios, unipersonales y a una vuelta., estatuidos de manera reiterada para la elección de presidente de la república, favoreció el sistema bipartidista predominante, incluso institucionalizado de alguna manera a través de las disposiciones sobre función pública y alternación en el poder, provenientes del plebis– cito de 1957 y las reformas constitucionales del 59. Lo curioso es que, en aparente contradicción con nuestra hipótesis de correspondencia entre siste1na electoral y sistema de partidos, el 1necanismo electoral proporcional y pluripersonal establecido para la elección de cuerpos colegiados, incluyendo el Con– greso de la República, no logró horadar en lo 1nás mínitno los cünientos del bipartidis– mo, no obstante que en teoría se suponía que un sistema así concebido estaría orienta– do a favorecer el naci1niento y participación de 1nuchos partidos políticos. El co1nporta1nicnto político descrito en el párrafo anterior tiene una explicación, pro– pia del ordenamiento y la práctica política en Colo1nbia. En efecto, la estabilidad del siste1na bipartidista, no obstante la i1nplementación de eletnentos de proporcionalidad y pluralidad para la elección ele cuerpos colegiados, se debió funda1nentahnente a la consagración de un siste1na de gobierno de carácter presidencialista, con fuertes visos de presidencialistno, tanto por la concentración fonnal como real de poder en cabeza del presidente de la república, caracterizado, por consiguiente, por la preeminencia política del pres idente de la república sobre los congresistas. Lo anterior significa que aunque el mecanismo para la elección de senadores y representantes 1nediante listas y el siste1na proporcional del cociente electoral de alguna 1nanera favorece las estructuras pluripartidistas en términos de acceso al poder, el objetivo fundamental para un partido político, en Colo1nbia y en cual– quier Estado de corte presidencialista, consiste en alcanzar la Presidencia de la Repúbl ica, de rnanera que aquellas agn1paciones que por distintas razones, duran– te un periodo razonable1nente ünportante, pierden toda posibilidad de alcanzar la Presidencia de la República, es decir, el acceso al centro real suprc1no del poder, terminan por desvanecerse como organizaciones, así históricamente hayan obtenido durante ese 1nis1no periodo una importante participación en el Congreso. Así suce– dió, por ejernplo, con partidos políticos corno la Alianza Nacional Popular (Anapo), la Unión Patriótica y el 1novüniento M-19. El Constituyente de 1991, dentro de la coyuntura política de ese 1no1nento, caracteri– zada por la necesidad de promover de 1nanera intensa la participación ciudadana en las estn1cturas democráticas, sabía que bajo el esque1na de la eficacia simbólica era necesario promover el pluripartidismo, a partir de la regulación, no de los sistemas de partidos, sino del siste1na electoral, incorporando a este medidas que en forma indirec-
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