Libro
126 7. La eficacia simbólica en la fundamentación constitucional del sistema electoral Los sistemas de partidos se identifican desde distintas perspectivas. Puede hacer– se desde el punto de vista organizacional. Puede también establecerse a partir de pos tulados filosóficos y políticos, e incluso de factores de poder. Pero uno de los criterios ,nás siTnples y universales para clasificar los sistc,nas de partidos es aquel qu e los enfoca a partir del número de partidos vigentes con opciones reales de acceso al poder. Desde este punto de vista, pueden identificarse, esquemáticamente, cuatro siste,nas de partidos: (i) Los siste,nas unipartidistas o monopartidistas, que se caracterizan por cuan– to históricamente, durante un periodo razonablemente importante y prolon– gado, solo existe un partido político con opción real de acceder y permane– cer en el poder. (íí) Los sistemas bipartidislas se identifican por la presencia de solo dos partidos politicos con opciones reales de acceso y permanencia en el poder, durante un periodo histórico significativo, bien sea a través de una alternación perfecta o por intervalos irregulares pero constantes. (iii) Los siste,nas deno,ninados a dos partidos y medio son aquellos cuya estruc– tura partidista permite visualizar la presencia de por lo menos tres partidos políticos, como organizaciones serias con opciones reales de poder, pero con la característica de que durante periodos históricos más o 1nenos significa– tivos solo dos de esos tres partidos se disputan siTnultánea y efectiva1nente el acceso a los órganos superiores que confonnan la estn1ctura formal del poder, de ,nanera que durante dicho interregno el tercer partido en conside– ración prácticainente desaparece, para reaparecer luego de muchos años, en un 1no1nento en el que precisamente pierde presencia y vigencia alguno de los otros dos partidos. (iv) Finahnente, los siste,nas plur ipartidistas o 1nultipartidistas, que se carac– terizan por la presencia de varios partidos con opciones reales, sucesivas o no, regulares o irregulares, de acceder a los órganos superiores de go– bi erno, es decir, a las estructuras que con fonnan la cabeza de la autoridad fonnahnente constituida. Otro de los parámetros que suelen utilizar los tratadistas y medios de difusión es aquel cuyo objeto consiste en identificar los sistemas de partidos a partir de los modelos utilizados para detenninar los efectos de los resultados que arrojan los procesos electo– rales. Desde este punto de vista se distingue, por ~jeinplo, entre el sistema 1nayoritario y el sisteina proporcional. El pritnero se presenta cuando los resultados electorales favorecen (uúcatnente al candidato singular o plural que obtenga la 1nayor cantidad de votos. El segundo, es decir, el proporcional, se presenta cuando existen fórmulas de distinta índole que permiten determinar una proporcionalidad en los resultados, la necesaria para que los gn1pos o partidos minoritarios también obtengan cuotas de participación en los órganos que integran el poder formalmente constinlido. Para este
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