Violencia y discriminación contra las mujeres Mujeres plenam

Violencia y discriminación contra las mujeres supusieron la existencia de dichas poiíticas. No basta con que se diga que las mujeres tienen el derecho a participar en política, es necesario que se adopten medidas adecuadas y necesarias que promuevan efectivamente el desarrollo de las habi lidades y las capacidades de las mujeres. Políticas públicas que incu lquen en las niñas durante su educación el deseo a ser parte de las instancias de go– bierno; planes educativos diseñados para niñas y mujeres que deseen desarrollar las habilidades y facultades necesarias para ejercer la política; garantizar a las mujeres la posibi lidad real de ser consideradas candidatas por las organ izaciones pol íticas, y la posibilidad real de ocupar las listas de candidaturas a los cargos de elección popular. Buena parte de las poi íticas legislativas de acciones afirmativas en materia de cuotas de mujeres en los cargos de decisión buscan garantizar precisamente eso: la posibilidad real y efectiva a las mujeres de acceder al poder, asegurarles el goce efectivo de sus derechos poi íticos fundamentales. Para todas las per– sonas es claro que las mujeres t ienen la capacidad de partici par en política, pero las consecuencias de las reglas discriminatorias de género siguen teniendo impactos sobre la realidad, asegurando la limitación al desarrollo y al ejercicio de las capacidades de las mujeres e impidiendo que, en efecto, puedan ejercer sus derechos políticos. La imposición de cuotas de participación de las mujeres en la listas de los cong resos ha llevado a los partidos y organizaciones poi íticas a promover y propiciar el desarrol lo de las capacidades políticas de las mujeres. No sólo a reconocerlas y a saber que existen sino a asegurar que se den y que sean parte de sus proyectos políticos. Ese es el camino a segu ir. Ese es el reto a asumir. Estamos a las puertas de Beij ing +20, reunión en la cual se debatirá el estado actua l de los compromisos adquiridos originalmente en Beij ing en 1995 y se definirán los desafíos que persisten y aparecen en el camino de la defensa de los derechos de la mujeres. La forma como los objetivos a segu ir han sido plantea– dos revelan esta aproximación desde el punto de vista de las capacidades de las mujeres. Las reivindicaciones de igualdad formal entre hombres y mujeres ya no son la primera cuestión a enfrentar. La igualdad de las mujeres pretende, ante todo, dotar a cada una de el las de las capacidades reales para vivir en dignidad. Por ello la declaración y plataforma de acción de Beijing plantea como princi– pales esferas de preocupación, entre otras, (A) la pobreza; (B) la capacitación; (C) la sa lud; (D) la violencia ; (E) los conflictos armados; (F) la economía; y (G) el acceso al poder y la toma de decisiones, por mencionar algunas. Los objetivos estratégicos reconocen la necesidad de acciones de las organizaciones estatales 29

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