Violencia y discriminación contra las mujeres Mujeres plenam
Violencia y discriminación contra las mujeres el preju icio -la supuesta incapacidad de la mujer- se mantuvo mucho tiempo, y se usó para est ructura r las sociedades actua les, excluyendo y marginando a las mujeres, la mitad de la población. Por eso, los casos de Lagarde o Bachelet evidencian también, lo excepcional que sigue siendo que se permita a las mu– jeres desarrollar plenamente sus capacidades. De cierta forma, siguen siendo pioneras. Las sociedades modernas se estructuraron en gran med ida pa ra un ti po de persona: ciertos hombres de la sociedad. Se excl uía a las mujeres, a los niños y a los hombres humildes y sin propiedad, y se consideraba que sólo ciertos hombres, con determinados atributos, podían ser plenamente ciudadanos. Así, las muj eres no eran las únicas personas que no eran consideradas parte de la sociedad sino, personas que 'estaban en' la sociedad. El fi lósofo y político con– trarevolucionario francés Lou is de Bonald dijo al respecto: "Hay tres clases de personas en la sociedad más que de lo sociedad; lo sociedad debe protegerlas, pero ellas no están hechas para defender a la sociedad; pertenecen a la sociedad natural más que o la sociedadpolíti– ca, a su familia más que al Estado. Se trata de los niños, de las mujeres y del pueblo, es decir, quienes ejercen una profesión puramente mecáni– co. Es lo debilidad de la edad, del sexo y de lo condición. " 2 Así pues, con base en una supuesta debi lidad e incapacidad, como si se tra– tara de una persona 'menor de edad', la mujer era sometida al control de la so– ciedad, excluyéndola de la participación en el gobierno. El proyecto republ icano de autogobierno era reservado para aquel las personas que no eran muJeres u hombres menores de edad o de condición económica precaria. Aunque es cierto que la democracia ha supuesto un avance para todas las personas de la sociedad, estas concepciones iniciales respecto a quiénes perte– necen plenamente a ella, f ueron un germen que llevó a aceptar a las sociedades el describi rse a sí mismas como democráticas, a pesar de estar excluyendo de entrada a la mitad de la población del debate y la del iberación poi ít ica. 2 B0NALD, Louis de (1601) Ou áivorce, consiáéd: auXIXsii:c/e re/ativement ó l'état domestiqueet /J /'etat publicdesociété. Citado por Fraisse, Geneviéve (2001) en los dos gobiernos: la familia y la ciuc!ad. Ediciones Cátedra. Madrid, 2003 (p.19). 15
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