Violencia y discriminación contra las mujeres Mujeres plenam

14 Esbozos del pasado El principal prejuicio que fue expandido en contra de las mujeres a fina les del siglo XIX y principios del siglo XX se refiere a su capacidad. La justificación de implementar un rég imen jurídico en el cua l la mujer tuviera una cond ición de inferioridad con relación a los hombres (a su padre, a su marido o a sus herma– nos) era, aparentemente, buena y bien intencionada. Partiendo de una supuesta condición de inferioridad con relación a las capacidades de hecho que tienen las mujeres, se justificaba un tratamiento distinto al de los hombres. La regulación se presentaba como benéfica y justa, como un conjunto de med idas que ten ía el propósito de evitar que algunos se aprovecharan de esa supuesta inferioridad de las mujeres. Como suele decirse, el camino al infierno está lleno de buenas intenciones; así, con el fin de proteger a la mujer, debido a su supuesta cond i– ción de tener 'menores capacidades' de hecho, se fundamentaba y justificaba un rég imen lega l que le limitaba la posibilidad de ser titula r de muchos derechos y, en especial, de su ejercicio. Es decir, con base en una incapacidad supuesta, se hada realidad una incapacidad en los hechos. Mentes il ustres, como el filósofo Augusto Comte, ayudaron a estimu lar el preju icio de la incapacidad de la mujer, negando su propia autonomía. En una carta dirigida al también fi lósofo John Stuart Mili, Comte afirmó, "Creo que los mujeres son tan inadecuados paro dirigir uno gran empre– sa comercial omanufacturero como poro encabezar uno gran operación militar; con más motivo, son incapaces de ejercer ningún gobierno, aún doméstico, ysólo pueden dedicarse a lo administración secundario." 1 Se trata de una afirmación claramente desvirtuada por la rea lidad actual. La abogada y política francesa Christi ne Lagarde, actual Directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), o la médica pediatra y pol ítica chilena Michel le Bachelet, actual Presidenta de su país, Chile, son quizá dos de las pruebas más visibles de lo absurda y contraria a la verdad que es esa afirmación. No obstante, 1 C0MTE, Auguste(l 877) Lettres d'Auguste Comte aJohn StuartMili (1841- 1846). Citado por FRAISSE, Geneviéve (2001) en l os dos gobiernos: Jo familia y/o ciudad. Ediciones Cátedra. Madrid, 2003 (p.90). Esbozos del pasado

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