Informe final de la Comisión de la Verdad, sobre los hechos del Palacio de Justicia
Jorge Aníbal Gómez Gallego, José Roberto Herrera Vergara, Nilson Pinilla Pinilla 81 te del M-19, Jaime Bateman Cayón, e igual decisión adoptó en su momento el comandante Álvaro Fayad al planear la toma del Palacio de Justicia. 35. Las dos tomas fueron acciones violentas y censurables de carácter político-militar, en contra de población protegida, que se desplegaron mediante golpes de mano que suponían el enfrentamiento armado para el ingreso y la búsqueda del aseguramiento y defensa del objetivo. 36. La tarea de inteligencia previa realizada por el M-19 en las dos tomas les permitió establecer las vulnerabilidades, fortalezas, rutinas, dis- positivos militares y policiales, niveles de coordinación y de reacción, lo cual les facilitó el diseño táctico y la logística de los operativos. 37. Vale la pena destacar que el periodista Daniel Samper Pizano publi- có una columna titulada “¿Una toma evitable?”, 29 en la cual mencionó que el Latin American Weekly Report , un boletín impreso que circula en Inglaterra, contenía en su edición del 22 de febrero de 1980 la siguiente nota: “colombia alerta: Las Fuerzas Armadas han sido colocadas en alerta total, luego del presunto descubrimiento hecho por el gobierno de un plan elaborado por los grupos de izquierda no identificados para atacar a varias embajadas en Bogotá”. De acuerdo con esta información, las autoridades ya estaban enteradas de la existencia de planes criminales en relación con las embajadas en Bogotá. 38. La publicación londinense fechada con una semana de anticipación a la toma de la sede diplomática demuestra que frente al asalto de la Embajada existió información, si bien no precisa en relación con la sede diplomática que sería objeto de un ataque, pero sí era suficiente para que se hubieran adoptado medidas de prevención. Respecto de la toma del Palacio de Justicia, como se ha señalado, la fuerza pública tuvo información precisa de inteligencia y conocimiento por los medios de comunicación locales de los planes de incursión del M-19, pero no realizó operaciones para evitar la toma armada. 39. “Nunca hubo vigilancia policial en la Embajada”: 30 se menciona que la acción guerrillera fue preparada teniendo en cuenta la anterior cir- cunstancia, lo mismo que previendo detalles como la ubicación del edificio y la solidez de la construcción, constituyéndose en toda una fortaleza difícil de penetrar, con ventajas como la facilidad por los ángulos de tiro favora- bles para los ocupantes del edificio. Los vecinos de la embajada señalaron que jamás observaron allí, como se acostumbra en las sedes diplomáticas, la presencia de miembros de la Policía Nacional. 29 El Tiempo , 6 de abril de 1980, p. 5-A. 30 El Espectador , 28 de febrero de 1980, p. 14-A.
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