Informe final de la Comisión de la Verdad, sobre los hechos del Palacio de Justicia
Jorge Aníbal Gómez Gallego, José Roberto Herrera Vergara, Nilson Pinilla Pinilla 455 La tradición de la familia influyó para que mi hija tomara la vocación de dedicar su vida a las ciencias de la educación. Sus tías Abigaól, Lucy y Mariela Guarín Ortiz son licenciadas en educación superior.A través de la vida fue siempre una gran lectora.Gustaba además de los idiomas: estudió francés e inglés, igual que su aspiración era salir del país a hacer un postgrado, y en ese instante aciago tenía toda su documentación en regla para logar la beca en el Icetex. Su rumbo era España, donde iría a especializarse en ciencias de la educación. y destaco esta una niña llena de ternura, hacendosa con su madre, padre y hermanos; de una personalidad arrogante y definida que siempre defendía sus derechos. Sus deseos de superación eran incalculables. Al preguntarle a don José sobre las aficiones de su hija, él relata: “Siempre le cultivé su afición por la lectura. Leía en todos los matices, leía novelas, en fin, todo lo que estuviera a su alcance. Yo le compraba todos los libros que ella me pedía”. Su padre recuerda que el libro o mejor aún, uno de los libros que marcaron su existencia y dejaron hondas huellas en su espíritu fue el de Silvio Villegas llamado La canción del caminante . “Lo leyó dos, tres, cinco veces… es una niña tan espiritual, que de los más pequeños detalles hacía un acontecimiento grandioso”. La culminación de su primaria, bachillerato, universidad, de sus cur- sos de idiomas, dejaron en ella gran satisfacción. “Era su anhelo dedicarse a la docencia y siendo una niña incursionó en un instituto para mayores porque encontraba así mayor realización en su carrera. También dictó clases a se- ñoras mayores de edad”. La prueba palpable de que el tiempo no borra su imagen en la mente de los que la adoran es la recopilación de versos que día a día ha escrito su padre sobre su a usencia , lamentando estoica y heroicamente, con la valentía que sólo los pródigos de corazón poseen, su ausencia. “Para mí es la razón de vivir, es un poema. Su ausencia es amargura en los minutos, en las horas, los días y las noches. Pero confío en que hay un ser supremo y la comprensión y bondad de los seres que tienen el poder y en que devol- verán a mi hija a su hogar. Su rectitud, superación diaria, deben acogerse para valorar esta vida, aún en formación y entregarle la paz a su alma, a su espíritu; compensar todo su sufrimiento y el de nuestro hogar”. En cuanto a la agenda de Cristina, el señor Guarín aclara que todos los nombres y fechas que aparecían en la agenda de su hija eran los de sus sobrinitos, los de todas sus tías y sus allegados en general con la fecha del cumpleaños de cada uno. Fue eso lo que causó gran revuelo entre los inves-
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