Informe final de la Comisión de la Verdad, sobre los hechos del Palacio de Justicia

Jorge Aníbal Gómez Gallego, José Roberto Herrera Vergara, Nilson Pinilla Pinilla 41 las recomendaciones que hicieron para iniciar el proceso de paz no fueron aceptadas por el Ejecutivo y recibieron el rechazo de los altos mandos mi- litares y del directorio del Partido Conservador. 31. La propuesta consistía en la reincorporación a la vida legal de los militantes del M-19 y de las demás organizaciones guerrilleras que estu- vieran dispuestas a hacerlo. En la discusión con la Comisión de Paz, el Co- mandante del M-19 acusó del fracaso de la iniciativa al presidente Turbay, al ministro de Defensa de la época, general Luis Carlos Camacho Leyva, y a las jerarquías conservadoras. 30 32. El 19 de septiembre de 1982, el presidente Betancur reorganizó la Comisión de Paz, con cuarenta personas que tenían la función de adelantar los diálogos y contactos con diversos sectores sociales, sin limitación alguna. En reemplazo del primer presidente de la Comisión, Carlos Lleras Restrepo, quien duró seis días en la misión, fue llamado el ex ministro Otto Morales Benítez. La principal característica del grupo que se acababa de formar era, sin duda, su diversidad. Ningún militar en servicio activo fue miembro de la e , aunque constantemente fueron invitados, según John Agudelo Ríos. 31 33. El general Fernando Landazábal, ministro de Defensa para la época, afirmó que “los mandos militares nada tenían que dialogar y antes, por el contrario, si ese diálogo se hubiera realizado con su participación, se hubieran hecho copartícipes de una responsabilidad en la práctica y ejercicio de la violencia, que jamás podrá la historia atribuirles” 32 . 34. A la Comisión se le asignaron múltiples tareas adicionales, tan diversas como la formulación de propuestas para la recuperación y el de- sarrollo de las regiones y para el mejoramiento sustancial de la seguridad, o para la promoción de la eficiencia de la acción y del gasto público, 33 pero no se le proporcionaron los recursos necesarios para llevar a cabo tan ambiciosas pretensiones; ni siquiera se le atendió cuando solicitó hablar con el Presidente paramanifestarle la imposibilidad de cumplir esas disímiles tareas. Finalmente, Otto Morales Benítez optó por priorizar las funciones del organismo, ubi- cando en el primer nivel la incorporación a la vida civil de quienes estaban 30 Ibíd., p. 254. 31 Ramírez, óp. cit., p. 78. 32 Landazábal, óp. cit., p. 240. 33 Ramírez, óp. cit., p. 79.

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