Informe final de la Comisión de la Verdad, sobre los hechos del Palacio de Justicia

Jorge Aníbal Gómez Gallego, José Roberto Herrera Vergara, Nilson Pinilla Pinilla 35 faltaron las ejecuciones extrajudiciales. 7 Precisamente por la utilización de estos mecanismos la legitimidad del gobierno estaba en tela de juicio. 7. Al mismo tiempo, la guerrilla del Movimiento 19 de Abril (M-19) había realizado algunas acciones que le granjearon simpatía en ciertos sec- tores, pero también había perpetrado delitos atroces, como el secuestro y posterior asesinato del presidente de la Central de Trabajadores de Colombia, José Raquel Mercado. Igualmente, desarrolló otras acciones que merecieron el repudio de la sociedad, como secuestros, el robo de la espada del libertador Simón Bolívar y ataques armados a poblaciones y a instalaciones militares. 8. Una de las acciones más osadas del M-19 fue el robo de alrededor de 5.000 armas guardadas en el Cantón Norte, una de las instalaciones militares más custodiadas del país, bajo el mando de la entonces Brigada de Institutos Militares, cuyo comandante era el general Miguel Vega Uribe, quien posteriormente, por la época de los hechos del Palacio, era el ministro de Defensa. 9. Otra de las acciones más intrépidas consistió en la toma de la Emba- jada de República Dominicana, 8 cuando el grupo guerrillero solicitó amnistía para 314 de sus miembros, a cambio de la liberación de los rehenes. 9 10. El presidente Turbay presentó, en julio de 1980, un proyecto de amnistía condicional que se convirtió en la Ley 37 de 1981. Se trataba de una amnistía limitada, que no levantaba el estado de sitio ni se aplicaba a los delitos conexos a la rebelión, sedición o asonada. Además, los guerrilleros tenían un plazo de tres meses para dejar las armas y presentarse ante un tri- bunal, que en cuestión de 15 días debía pronunciarse sobre su amnistía. 10 El M-19 rechazó tal amnistía por considerar que debía incluir el levantamiento del estado de sitio, la derogatoria del Estatuto de Seguridad y la libertad 7 Villamizar, óp. cit., p. 119. 8 Véase Capítulo II. Esta acción tuvo muchas implicaciones para lo que sucedería años más tarde, y no se trata exclusivamente de la toma del Palacio de Justicia. Navarro le relató a la Co- misión de la Verdad que el primero que habló de paz en el M-19 fue Jaime Bateman, cuando sucedieron los hechos de Embajada de República Dominicana, estando ellos en Caquetá. A raíz de la toma de la Embajada, leyeron una columna de Luis Carlos Galán en El Tiempo en la que hacía una apreciación sobre la salida a la toma y hablaba de paz. Se reunieron, y Bateman dijo una pr lo que deberían hacer. 9 Restrepo, Laura. Historia de un entusiasmo. Bogotá: Aguilar, 2005, p. 32. 10 Ramírez, Socorro y Restrepo, Luis Alberto. Actores en conflicto por la paz: El proceso de paz durante el Gobierno de Belisario Betancur. Bogotá: Siglo Veintiuno, 1988, p. 49; Villamizar, óp. cit., p. 191.

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