Informe final de la Comisión de la Verdad, sobre los hechos del Palacio de Justicia

Jorge Aníbal Gómez Gallego, José Roberto Herrera Vergara, Nilson Pinilla Pinilla 329 107. Sobrevaloró el M-19, por otra parte, su propia popularidad al con- siderar de manera errónea que tendrían en su acción violenta el respaldo ciudadano y que el Estado no pondría en riesgo la vida y la integridad de los rehenes. 108. Al margen de los aspectos éticos, las consecuencias del asalto produjeron al M-19, además de la muerte de la totalidad de integrantes del comando agresor, con excepción de Clara Helena Enciso, quien logró escapar con vida, la posterior eliminación física de la dirigencia de esa or- ganización y la pérdida de espacios políticos, que condujeron finalmente a su desmovilización y efectiva reinserción a la vida civil. 109. En 1995, cinco años después de haber firmado la paz y diez desde el fatal desenlace en el Palacio, un grupo de ex integrantes del M-19 escribió una carta que decía: […] pedimos perdón a las víctimas de esta tragedia, a sus familiares y amigos, por la parte de responsabilidad que nos correspondió. Enton- ces dijimos que “la batalla del Palacio de Justicia tocó las fronteras del absurdo, lesionando a todo el país. En ese holocausto perdimos todos”. Cuando sea contada a nuestros hijos la historia de lo que hicimos, que- remos que sepan que es una historia concluida.Y que no sientan deuda ni vanidad por lo que logramos y nos salió bien, ni frustración o temor por lo que nos salió mal. Que podamos decir que el 7 de noviembre de 1995 hubo un acto de perdón que abrió la puerta para que los niños y niñas de este país se metieran en otro cuento, en la construcción de una paz verdadera para toda Colombia. Porque más allá del desarme está la “reconciliación”. Sin ella, la paz es apenas una tregua en el ya trillado camino de las venganzas. Esto es lo que pretendemos que cambie en Colombia. Nosotros ya perdonamos. Y pedimos perdón a los que ofendimos, sembrando una semilla de reconciliación. 81 110. Antonio Navarro Wolff declaró, en este sentido, que “por esos hechos el M-19 les pidió perdón a todas las víctimas inocentes, a sus fami- liares y al país. Yo quiero repetir hoy esa solicitud de perdón. Y reconozco 81 Grabe, Vera. Razones de vida . 2ª ed., Bogotá: Planeta, 2001.

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