Informe final de la Comisión de la Verdad, sobre los hechos del Palacio de Justicia
Jorge Aníbal Gómez Gallego, José Roberto Herrera Vergara, Nilson Pinilla Pinilla 251 243. Los restos permanecieron durante dos años, desde 1999 hasta 2001, sin ser manipulados y después de esta fecha José Vicente Rodríguez asumió la tarea de reanalizar, como parte de la labor académica que lleva a cabo con la Especialización en Antropología Forense, los restos que le fueron sido encomendados para su guarda. 244. Esta práctica se reglamentó en el capítulo II, artículo 4º, acápite B del Decreto 786 de 1990, el cual permite la realización de autopsias con fines docentes, con el objeto de ilustrar procesos de enseñanza y aprendizaje, a lo que se suma que la labor como asesor del profesor José Vicente Rodríguez fue continua. Fruto de dichos análisis, el profesor fue llamado por Antonio Navarro Wolff y el Ministerio de Justicia, al parecer con previa autorización judicial, para efectuar la ratificación de identidad de los cadáveres de miem- bros del M-19 que fueron inhumados en la fosa común del Cementerio del Sur en noviembre de 1985 y cuyos restos se encontraban en el LAF de la Universidad Nacional, así como para identificar aquellos que no lo fueron en su momento. 245. Con el fin de cumplir con dichas identificaciones, José Vicente Rodríguez, con el apoyo de los estudiantes de la Especialización en Antro- pología Forense de la Universidad Nacional, procesó la información y analizó los restos, tratando de establecer compatibilidades entre los restos analizados y los datos ofrecidos por el otrora M-19. 246. El LAF careció de la información relativa a los desaparecidos, y su labor se centró en los guerrilleros por reidentificar. Tampoco contó, como en el caso de la Fiscalía, con el total de la información que le permitiera abordar de manera completa cada uno de los casos analizados. 247. No obstante, la tarea realizada por la Universidad logró aciertos, que culminaron con la entrega de algunos restos a sus deudos. El LAF acudió al método indiciario de identificación de la reconstrucción facial, que permite reducir el universo de personas buscadas, aunque no constituye un medio fehaciente; para el caso particular, las investigaciones realizadas por la Universidad Nacional buscaron ratificar la identidad de los cuerpos que contaban con una probable identificación previamente establecida. Así, mediante las técnicas aplicadas se logró corroborar la identidad diez cuerpos (Tabla 5).
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