Informe final de la Comisión de la Verdad, sobre los hechos del Palacio de Justicia
Jorge Aníbal Gómez Gallego, José Roberto Herrera Vergara, Nilson Pinilla Pinilla 243 y se fue la luz, no sé qué horas eran, yo no llegué a mirar el reloj… al rato llego otro muchacho herido en la cabeza y se sentó ahí en el cuarto y el otro herido acostado. Ya después no vimos casi nada… después oí que ellos decían que habían matado a un compañero pero no lo vi… uno de los guerrilleros dijo que cerrara el cuarto con seguro… cerramos la puerta entonces, yo sobre una mesa y mi compañera sobre un cajón donde guardamos los traperos. Después echaron unos gases y no podíamos casi respirar y entonces la muchacha Violeta mojó un trapo de ella no supe [con] qué y entonces nos lo pasó para que nos lo metiéramos en la boca, para poder respirar, yo como tenía una bayetilla la rompí en dos pedazos y se los pasamos a ellos, húmedos, nosotras nos metimos debajo del platero y nos estuvimos juntas, y no hicimos bulla a petición de los guerrilleros… los otros muchachos que estaban afuera dijeron… “¡ay! se nos entró el Ejército”. Ya después de eso no los oímos más. Estuvimos quietas. Oí que afuera decían: “salgan, salgan suban por aquí”, pero no sabíamos quiénes decían eso, si el Ejército o quién. Al rato el que estaba herido en la cabeza, en la parte superior, llamaba a sus compañeros. Decía, “compa ayúdeme que estoy grave”. Al rato oímos en donde se echa la basura en el cuarto piso que habla- ban… y como que tiraban balas por ahí, apenas hablaba el herido… al buen rato oímos que estaba el Ejército por ahí y… oyeron al que se quejaba… preguntaron “quién más está ahí”, el muchacho de la herida de la cabeza dijo que unas señoras del tinto, el herido en el brazo me preguntó si no había por dónde escapar y le dije que no, entonces el Ejército dijo que salieran con las manos en alto. El muchacho herido se me recostó en mi y abrimos con mi compañera, porque nos dijeron que si no salíamos llenaban eso de plomo y dijeron que no creían que éramos del aseo… me preguntaron que quiénes más estaban y le dije que dos muchachos, preguntaron si eran del M-19 y les dije que sí, entonces dijeron que nosotras éramos guerrilleras y les dije que no. Preguntaron si estaban armados, y les dije que no, les preguntaron a los muchachos quiénes eran y dijeron que éramos del M-19 y cuando subíamos entonces oí que los mataron. 207. A lo anterior debe agregarse que la mayor parte de los cadáveres que presentan necrodactilias corresponden a los guerrilleros y, curiosamente, los únicos cuerpos de rehenes que cuentan con dicho examen son los de Carlos Horacio Urán y Luz Stella Bernal. Este dato, aunado a ciertas fuentes que indican que el cuerpo de Carlos Horacio Urán estuvo ubicado junto con los de los guerrilleros en la morgue, podrían sugerir que, tanto Carlos Urán como Luz Stella Bernal, fueron sido considerados preliminarmente como guerrilleros y recibieron el mismo trato que éstos. En ese sentido, el hecho de que los cuerpos hayan sido lavados, tal como se reseñó en párrafos
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