Informe final de la Comisión de la Verdad, sobre los hechos del Palacio de Justicia

Jorge Aníbal Gómez Gallego, José Roberto Herrera Vergara, Nilson Pinilla Pinilla 241 la puerta de todas maneras”… y fue los desesperos más grandes que nosotros sentimos en esos momentos… el muchacho que estaba herido en las espaldas dijo “búsqueme ropa particular, no vaya a abrir la puerta porque aquí las matamos”…Mercedes me dijo “no haga eso”… pensé en mí y dije “creo que a puntapiés y a puños no nos matan” y me di cuenta que le había dado a Violeta la granada, las bombas y todo lo que tenían para ellos defenderse. Estaban desarmados… yo me arriesgué fue a morir… los muchachos estaban en el suelo y no dejaban abrir la puerta, el Ejército dijo “cuento hasta tres y si no salen, esté quien esté los matamos”. El muchacho no dejaba abrir la puerta porque teníamos que darle ropa particular y yo no tenía sino mi ropa y la de las otras compañeras… fue cuando yo abrí la puerta… pero antes de abrir la puerta el que estaba bien herido de la cabeza dijo: “son las señoras del tinto, no las vayan a matar, no les vayan a hacer nada”… tocó hacer harta fuerza para poder abrir la puerta y como eso estaba bien oscuro no se sabía si eran los guerrilleros o los soldados los que nos hablaban, lo único que se veía en los pasillos era la luz del cielo… ya era de no- che… fue cuando nos hicieron subir tres escalones… creo que eran los soldados los que nos decían “que salgan no más las señoras del tinto con las manos en alto”, fue cuando cada uno de ellos nos cogió a cada una de nosotras y nos tenían las manos atrás y dijeron: “nos van a decir quiénes son ellos porque su vida está por delante que la de nosotros”, fue cuando nosotros les dijimos que éramos [sic] del M-19… y nos dijeron pero si ellos son del M-19 porqué se van a quedar con ellos, nosotros les contestamos que era porque nos habían amenazado que teníamos que abrirles la puerta… yo les decía que estaban desarmados y dijo el soldado: “yo me voy a acercar y si nosotros nos acercamos y llegamos a morir ustedes también mueren”, y fue cuando se oyeron ocho tiros de afuera para adentro porque ni siquiera linterna tenían los soldados, y yo creo que fue que mataron adentro a los guerrilleros porque uno de ellos se quejó y gritó y yo creo que sí… 206. La señora María Mercedes Ayala Lesmes, compañera de la de- clarante anterior, por su parte, declaró: Oí como un tiroteo, como un ruido tremendo, y como un sábado había caído un vidrio de ahí y sonó un estruendo… pensé que era otro vidrio el que se había caído… nos entramos al cuarto del tercer piso, con Lucía mi compañera… al momento cesó el fuego y vi un grupo de varios pero yo no sabía que eran del M-19 y cuando ellos entraron al cuarto de nosotras les dijimos “Dios mío, no nos vayan a hacer nada, no nos vayan a matar”, ellos nos dijeron que tranquilas que no nos iban hacer nada, ellos eran varios hombres y mujeres que traían… unas vainitas en el hombro que decían M-19, como un parche y unas

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