Informe final de la Comisión de la Verdad, sobre los hechos del Palacio de Justicia

Jorge Aníbal Gómez Gallego, José Roberto Herrera Vergara, Nilson Pinilla Pinilla 211 116. Los médicos forenses, además de cumplir con turnos de trabajo excesivamente largos, estuvieron sometidos constantemente a presión y no contaron con tiempo suficiente para realizar cabalmente las necropsias, lo que habría permitido establecer de manera fehaciente la causa de la muerte y la identidad de los 94 cuerpos. Lo anterior se desprende de la lectura de los propios protocolos de necropsia y de las versiones ante la Comisión de la Verdad de los médicos forenses Paulina Ojeda, Gerardo Prada Chona y Fernando Velandia, al igual que de la declaración vertida ante el Juzgado 30 por el médico Dimas Denis Contreras. 117. Para la realización de las necropsias se contó con la participación de siete médicos forenses, algunos de los cuales llegaron a realizar más de 20 necropsias, mientras otros solamente llevaron a cabo entre una y tres. Se entiende que en una necropsia hay múltiples factores que impiden fijar por anticipado un tiempo determinado para el examen de cada cuerpo; de manera que factores como la cantidad de lesiones o el estado de conservación del cadáver influirán en el tiempo que tome la verificación de cada uno y, en ese mismo sentido, la cantidad de cuerpos que cada médico logra analizar. Con todo, resulta inevitable la fatiga y desconcentración que produce un exceso de experticias. 118. El común denominador en las declaraciones de los médicos es la celeridad con que tuvieron que realizar las autopsias, así como las presiones externas para la pronta entrega de los cadáveres. De acuerdo con lo expresado, a la morgue, junto con los cuerpos, llegaron detectives del DAS y de otros organismos de seguridad, que se mezclaron entre el personal de Medicina Legal y los dolientes, con el fin de identificar a posibles guerrilleros entre quienes acudían a reconocer y reclamar los cadáveres de los fallecidos en la tragedia. Según lo relata Gerardo Prada Chona, 82 para las autoridades, aquel que no era militar o empleado del Palacio, era guerrillero. Lo anterior, debido al desconocimiento sobre quiénes y cuántos fueron en realidad los guerrilleros que participaron en la toma. 119. A esto se suma que durante el desarrollo de las necropsias el Insti- tuto de Medicina Legal tuvo que continuar atendiendo casos no vinculados con el Palacio de Justicia, lo cual, además de distraer los recursos humanos y logísticos disponibles, ocasionó lamentables confusiones al momento de efectuar un balance del número de muertos del Palacio y las identidades 82 Ibíd.

RkJQdWJsaXNoZXIy NzAxMjQz