Informe final de la Comisión de la Verdad, sobre los hechos del Palacio de Justicia
Jorge Aníbal Gómez Gallego, José Roberto Herrera Vergara, Nilson Pinilla Pinilla 45 de 1973 eran demostraciones de que “no basta con ganar si es que el pueblo no está en condiciones de hacer respetar su triunfo”. 47 46. El M-19 hacía parte de los grupos guerrilleros latinoamericanos de segunda generación, 48 los cuales buscaron, en resumen, llegar a las masas con mayor eficacia, relacionarse diplomáticamente y extenderse al con- texto internacional, independizándose de la línea de Moscú y Pekín, para centrarse en Latinoamérica y, sobre todo, en su propio país. En palabras de Eduardo Pizarro Leongómez, “Bolívar, los símbolos patrios, las tradi- ciones culturales no son concebidas como símbolos burgueses, sino como patrimonio de la revolución”. 49 Y según el comandante Jaime Bateman, era necesario “ponerla [a la revolución] bajo los pies de Colombia, darle sabor de pachanga, hacerla con bambucos, vallenatos y cumbia y cantando el himno nacional”. 50 47. Éste era el panorama de los inicios del M-19, una guerrilla funda- mentalmente urbana, con fuertes ideales inspirados en las luchas sociales de todo el continente latinoamericano y con una estrategia propagandista que incrementaba su popularidad con base en golpes de opinión. Principales acciones del M-19 desde su creación hasta la toma del Palacio de Justicia 48. Además de las acciones más publicitadas del M-19, como el robo de la espada del Libertador en 1974, el robo de las armas del Cantón Norte en 1978, la toma de la Embajada de República Dominicana en 1980, 51 el ataque al Batallón Cisneros y el atentado al general Rafael Samudio Molina, comandante del Ejército, en octubre de 1985, el grupo guerrillero también realizó más acciones que evidenciaron el modus operandi de la organización. 49. Tomas de iglesias, de asambleas de trabajadores, de trenes y avio- nes, bombas, secuestros y atentados, además de multiplicidad de acciones publicitarias de la organización, caracterizaron su actuar. En cuanto a las tomas guerrilleras, en 1980 el M-19 ocupó las instalaciones de la escuela El Remanso y del Idema del barrio Bello Horizonte, al suroriente de Bogotá, 47 Ibíd., p. 58. 48 Salinas, óp. cit., p. 2. 49 Ibíd. 50 Lara, óp. cit. , p. 110. 51 Véase Capítulo II.
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